{#}Comienza la aventura de los cazadores legendarios{Alek}

Alek ya se había marchado, tenía unos minutos para prepararme y marcharme al lugar donde habíamos quedado. Terminé mi refresco de coca cola, tratando de despejar mi mente y borrar los recuerdos del pasado, no quería pensar en ello. Subí a mi habitación para cambiarme de ropa y ponerme una más cómoda. Me puse unos leggins con pantalones cortos y una sudadera ancha. Recogí mi pelo en una coleta alta para que no me molestase. Cogí mi mochila y metí unas cuantas botellas de agua, y un poco de comida, no sabíamos cuanto tiempo nos llevaría encontrar ese arma legendaria. Cogí algunas cosas que nos pudieran ser de utilidad, como unas cuerdas. Y me puse a Artemisa en la funda del cinturón. Bajé las escaleras y me miré en el espejo, iba bien preparada y además ya casi era la hora. Cerré la puerta con llave y salí del porche para entrar en mi coche. Lo arranqué y fui hacia el bosque.

Tardé en llegar unos diez minutos. Lo dejé aparcado fuera del camino. Y anduve hasta las cascadas con paso calmado. Me preguntaba si Alek ya habría llegado , pero lo dudaba, todavía faltaban unos siete minutos para el encuentro. No tardé en llegar a donde estaba la cascada y me quedé mirándola, pensando cómo podríamos acceder a la cueva que estaba detrás de ella. Podíamos escalar por las rocosidades montañosas de los lados, y atarnos una cuerda y la otra parte a un saliente, para balancearnos y atravesar el agua y saltar dentro de la cueva y allí desatarnos. Ese sería el mejor modo para acceder.

Comencé a tararear una canción esperando sentada en el césped la llegada de mi nuevo amigo cazador, Alek, era toda una sorpresa que tuviera ahora a alguien con quien compartir todo lo que me había sucedido, pues Elena sabía que era cazadora, pero no podía contarle todo sobre mí la verdad. Me pareció escuchar un coche. Tal vez fuera Alek que ya estaba llegando a las inmediaciones del bosque, por lo que me levanté para recibirlo con una sonrisa dibujada en mi rostro.

Ya en el apartamento no le tomó mas de un par de minutos reunir todo lo que necesitaba, después de todo tenía ya categorizado y ordenado su inventario de manera de maximizar la eficiencia para una misión. Llenó su mochila con provisiones, cuerdas y un par de elementos metálicos de forma extraña, sin olvidarse un cambio de ropa y elementos de primeros auxilios. Se palmeó a si mismo para asegurarse de que tenía sus armas con él.

Dejó el lugar tan rápido como había llegado, no quería permanecer allí mucho tiempo ni tampoco quería llegar tarde al encuentro. La ansiedad solo daba lugar a pura emoción, tan así que decidió utilizar el coche alquilado que tenía para manejar hasta los bosques. Como si estuviera predestinado, llegó a la hora exacta a la que habían quedado.

Descendió del auto con una sonrisa, mochila al hombro. Llevaba puesto una camiseta deportiva ajustada y pantalones algo sueltos para permitirle movimiento.
-Con que aquí estamos- le dijo uniéndose a la vista de la cascada- Ciertamente llevan algo místico dentro- Escuchó el plan de acción de Meredith y se apresuró a ir delante- No te preocupes por esta parte, trazaré el camino y tu luego puedes seguirme, estoy acostumbrado a escalar- comentó mientras ambos sea acercaban a la base a los lados. Seguidamente Aleksand sacó un par de fisureros y clavos para marcar el inicio del ascenso.

Iría primero, y no le tomo más que un minuto comenzar a tomar ritmo entre las grietas naturales y apoyos artificiales que él mismo iba colocando. A cuarto de camino aseguró su paso en una pendiente, para finalmente decir- No me has dicho quien te ha entrenado -tenía su vista en lo que hacía pero claramente le hablaba a Meredith. El camino a partir de allí se ponía un poco más difícil, requiriendo de mucha fuerza por parte del joven para poder seguir avanzando, la suerte estaba en que su amiga solo tendría que limitarse a seguirlo, ningún esfuerzo implicado.

-Sabes, me arrancaron de mi familia cuando apenas era un niño- volvió a decir mientras con su vista buscaba la dirección en que seguir- Fui entrenado desde entonces. Mucho misterio y secretos rodean a mi grupo, por mi parte hago un esfuerzo para no terminar siendo lo que se espera. Un arma - se impulsó con mucha fuerza hacia una saliente que estaba más arriba. Le sorprendió lo bueno que sería el lugar para escalada deportiva- Aún así con nuestro trabajo eso no es fácil, y suelo obsesionarme demasiado. Deberías verme una noche de luna llena - tuvo que enterrar su zapato en la piedra para poder continuar, faltaba muy poco y ya podía sentir el agua salpicandolo levemente- Puedo estar horas observandola

Debido a que el último trayecto estaba mojado, no se animó a decir más y continuó con plena atención en su labor. De igual manera, cualquier extraño diría que aquella escalada no era mas que un chiste para el rubio.
Con un par de esfuerzos más y un salto que lo dejo empapado, pudo cruzar finalmente para acceder a la cueva que estaba detrás. No tuvo que esperar mucho más para que Meredith lo alcance.
-Ahora esa fue la parte fácil - dijo con una sonrisa mientras recogía parte del equipo y chorreaba agua por lo que no tuvo más remedio que quitarse la camisa y estrujarla. La ataría a su cintura para esperar que se secase un poco. No hacía exactamente calor pero su sangre alemana simplemente podía soportar el frío de lugar, de igual manera si lo necesitaba tenía con que cambiarse. Le dio brevemente la espalda para mirar hacia el interior- Bien, ¿Procedemos?

Asentí a lo que Alek decía, que el trazaría un camino en los salientes de las rocas y que yo podría seguirle. Asentí levantando los hombros levemente y le sonreí.-Como quieras Alek, yo te sigo.-dije mientras avanzaba tras él y veía como empezaba la escalada. Apoyaba mis manos en los salientes naturales de las rocas y en los que iba haciendo Alek, era bastante fácil subir, además de que había realizado escalada en otro tiempo.

Escalamos en silencio el primer tramo, hasta que escuché de nuevo la voz de Alek, lo que hizo que mi corazón volviese a latir con fuerza.
-Alek... ¿a qué te refieres con lo de que te arrancaron de tu familia?-pregunté entre asustada y curiosa, lo siento así era yo, no podía evidenciar mi parte curiosa. Me preguntó quien me había entrenado, le sonreí.
-Pues verás, me he recorrido medio mundo ya, y cuando estuve en Alemania, fue cuando más cosas aprendí de nuestro oficio.-callé un momento, pues ahora la roca era mucho más resbaladiza y peligrosa. Vi como Alek saltaba, y ahora salté yo ágilmente atravesando la cascada.

Atravesar la cascada fue una sensación divertida, aunque el agua estaba casi helada. Abrí los ojos pestañeando varias veces para quitar el agua de mis ojos. Me aparté el pelo de la cara y miré a Alek, el cual se había quitado la camisa. -¿No tendrás frío? esta cueva parece ser helada.-dije mientras encendía una linterna y miraba alrededor.
-Pues allí conocí a una gran amiga y entrenadora, se llamaba Shiara, era una chica muy simpática, y fuerte de eso no había duda.-dije mirando a Alek y empezando a caminar.

Se encontraba aún de espaldas a ella, observando la oscuridad con impaciencia sintiendo en carne propia el desafió que les esperaba. No se volteó para contestarle, pues tampoco había mucho que decir al respecto- Lo que has escuchado Meredith, las personas que me entrenaron me alejaron de mis padres. No importó si esa era nuestra voluntad o no. De igual manera...No les guardo rencor-

Había dado un paso hacia adelante cuando la pronunciación de cierto nombre lo dejo helado, perplejo y completamente sorprendido. No pudo evitar girar la cabeza para ver a la chica, con sus ojos denotando infinito asombro. Eso o estaba un fantasma. ¿Acaso era eso una coincidencia? No había otra explicación pero sin embargo comenzaba a pensar que el destino era algo a lo cual tenerle cierto temor y respeto.
Shiara...Posiblemente la chica no lo sabría y si lo hacía seguramente no diría nada. Esa mujer era alguien fundamental en el grupo al que pertenecía, un Pilar ni más ni menos y el más joven de todos. Poco a poco no le quedó más remedio que asumir que la historia de la familia de la chica iría más alla de lo que le había contado y que posiblemente ni ella lo supiera.

-Ahora entiendo como es que puedes mantenerme el ritmo - Dio vuelta por completo ahora, mirándola con interés- Supongo entonces que tu habilidad con la lanza no es casualidad alguna- No podía creerlo ¿Acaso esto había sido tramado por los mismo Pilares antes de la llegada de ambos jóvenes a Mystic Falls? Quizás no lo sabría nunca.

Dejó que Meredith se adelante no más que dos pasos de él para caminar los primeros metros de la oscura formación rocosa- No te preocupes, mi sangre del norte me permite soportar sin problemas un poco de frío. Incluso puede que me energice un poco- Se detuvo en seco y tuvo que tirar de la ropa de Meredith con fuerza para evitar su avance. Sus ojos habían captado algo que con la poca luz y forma del lugar la mayoría pasaría por alto. Era la típica leve elevación en el terreno, una trampa que ya sería mucho cliché para no estar esperándola-
Pégate a la pared, no parece abarcar toda la superficie del suelo- no fue difícil avanzar después de su instrucción y después de todo no ocupaba más que medio metro- No se tú, pero creo que vamos en buen camino -sonrió con emoción, y aunque su cabeza estaban llenos de cuestionamientos para Meredith, añoraba encontrar lo que allí se escondía.