¡Por fin te encuentro! [James]

Tras toda la tarde buscando por todo el pueblo, había decidido tomarme un descanso, ya que no me apetecía volver todavía a la casa que habíamos ocupado, pues no estaba acostumbrada a pasar tanto tiempo con ellos, por mucho que fueran mis amigos. Así que allí estaba, en el Grill. Nada más entrar había ido derecha a la barra y había pedido una cocacola, no solía beber alcohol. Aunque no me arrepentía de habernos ido de casa sin decir nada, no podía dejar de pensar en lo mal que lo estarían pasando mis padres en este momento; pero el círculo era más importante, si nuestra magia se desestabilizaba, podía resultar un verdadero problema, pues no nos estaríamos hiriendo solo a nosotros mismos, sino a todo aquel que se hallara a nuestro alrededor.

Estaba apoyada en la barra, mirando hacía delante; no entendía como podían estar tardando tanto en encontrarle, ¡ni que el pueblo fuera enorme! Cuanto antes le encontraran, antes volverían todos a casa y, en su caso, aceptaría el castigo correspondiente a escaparse de casa durante el tiempo que sea y no contestar a las llamadas... Estaba segura, mis padres iban a matarme. Cuando me acabé lo que me estaba tomando, pedí otra cocacola, al rato, alguien se sentó en el asiento próximo al mio.

James Cromwell no sabía en lo absoluto el antidoto contra esa nostalgia que lo azotaba cruelmente aquella mañana, pero prontamente decidió que una visita solitaria al Grill no le vendría nada mal. La casa se encontraba algo solitaria, con el sueño pacifico que estaba llevando su hermana menor y las salidas constantes de su madre a quien sabría donde. Vistió un vestuario simple aunque elegante, el estilo que siempre le agradaba llevar, y salió por la puerta principal en dirección al pueblo, a sabiendas de que una caminata no le vendría nada mal.

En el trayecto, sin embargo, habiendose olvidado de su nostalgia no demoró en embargarle de nuevo, recordando todo lo que había dejado en Londres, su gran amiga Emily, Raphael y todos los demás por quienes sentía un enorme afecto. Incluso extrañaba a su padre, y se preguntaba si el no estaría demasiado solo en la casa de Castle Combe. Tal vez era una oportunidad para llamarlo e invitarlo a que fuera a Mystic Falls.

Habiendo llegado al Grill, abrió la puerta del establecimiento, pero no pudo dar sino unos pocos pasos cuando sintió una esencia inquietante, una que le recordaba claramente el pasado y que había sentido lo suficientemente fuerte anteriormente como para reconocerla. Aquella esencia no podía sino pertenecer a la jovencita Leroux, aquella gran amiga que fue un apoyo indispensable para James en sus momentos dificiles. ¿Que hacía en ese lugar? ¿La habían mandado, o había venido por su cuenta? ¿Los demás hechiceros sabrían de su paradero? Caminó discretamente hasta el lugar donde se hallaba Emily y se sentó en la misma mesa junto a ella. A estas alturas, suponía, ella ya habría captado su esencia y por tanto ya sabría de quien se trataba.

- No sabes cuanto me alegra volver a verte - Dijo, procurando que la voz no se le quebrase de felicidad.

Mientras estaba sola sentada en la barra del bar, no dejaba de pensar en una forma de encontrar a James y en que demonios tendría que ver la chica esa que se encontró en la playa con él, a la que, por cierto, no había conseguido sonsacar absolutamente nada; algo que realmente me había fastidiado, por que a estas alturas ya habría encontrado a James. Pero no me dio tiempo a darle más vueltas al asunto; la puerta del local se abrió y una esencia más que familiar llegó a mi. No podía creérmelo, ¿después de tanto buscar por todo el pueblo me lo iba a encontrar simplemente por casualidad?

James fue derecho a sentarse a mi lado, pero hasta que o habló no me giré para mirarle. - No creo que tanto como me alegro yo - dijo sonriendo, estaba realmente contenta, es más, estaba que no cabía de felicidad. Llevaban ya unos días buscándole sin encontrar rastro alguno y ahora él estaba allí, solo hacía falta contarle lo que pasaba y volvería con ellos, pero ya habría tiempo para eso más tarde. - ¿No vas a darme un abrazo o algo? - dije levantándome de la silla y girándome para mirar en su dirección. Ahora ya no pensaba en por qué estaba allí ni en contarle la necesidad de que el circulo permaneciese unido, estaba contenta por estar de nuevo con James y era todo lo que la importaba en ese momento; incluso se había olvidado de la petarda que no la quiso decir donde estaba James, ya no necesitaba saberlo, pues él la había encontrado a ella.

La alegría lo inundaba por dentro, aquella enorme felicidad que sentía al ver de nuevo a Emily, sentada en el lugar mas popular y medianamente bueno para una reunión de reencuentro. Se levantó de su asiento tran pronto como Emily lo hizo, y la rodeó con sus brazos después de darle un ligero beso en la mejilla, como muestra de su alegría por tenerla cerca. Ya habría tiempo para todas las preguntas que le rondaban en la cabeza, pero por lo pronto, tomó la mano de su amiga y la llevó lejos de la barra hasta un mesa cercana a las mesas de billar, donde le pidió que se sentara para que su platica pudiera desarrollarse de una manera más cómoda.

- ¿Imagino que no habrás venido para buscarme o si? ¿Saben los demás que estás aquí? ¿Saben TUS padres que estás aquí?

Llevaba un buen tiempo sin ver a ninguno de los demás miembros de su circulo, y había extrañado a Emily tanto como había extrañado a Raphael y a Veronika e incluso a Irina. Un mesero se acercó para limpiar la mesa, y aprovechó para tomar la orden de los jovenes sentados. James se conformó con un poco de té helado y una comida ligera, mientras esperaba que Emily pidiera también lo que se le apeteciera, después de todo, aquello corría por cuenta de James para celebrar la llegada de la joven Leroux a Mystic Falls.

- ¿Como están todos? Extraño mucho a Raphael y a Veronika.

Emily no podría haber ocultado lo feliz que estaba ni aunque lo hubiera querido, era increíble lo contenta que podía estar una al volver a reunirse con alguien al que había echado tantísimo de menos; es más, ni si quiera sabía que se podía extrañar tanto a una persona. Cuando él la abrazo, ella le estrechó entre sus brazos, recordando que la última vez que se habían abrazado había significado una despedida, mientras que esta vez, era un abrazo de bienvenida. James la cogió de la mano y la guió a una mesa cercana al billar, seguramente para poder hablar más tranquilamente.

Al escuchar sus preguntas, Emily recordó el motivo por el que estaba allí, y no era por lo mucho que le había echado de menos. -Ey, de una en una. - dijo riendo, pero al momento se puso seria, esta era realmente una cuestión importante y, como líder del círculo, tenía que tratarla como tal. -Sí, hemos venido a buscarte; estamos todos aquí, llevamos buscándote casi desde que te fuiste.Y no, ninguno de nuestros padres sabe nada. Pero no hemos venido a buscarte por capricho, el círculo debe permanecer unido, es importante. -dijo lo más brevemente posible, ya que aunque estuvieran apartados, lo mejor sería ir a la casa donde se alojaban y hablarlo una vez estuvieran todos reunidos.

Cuando el mesero se acercó a tomar nota, Emily calló; pidió otra coca-cola y una hamburguesa, estaba hambrienta. -Están todos bien, y podrás verles dentro de poco - dijo sonriendo levemente, y suavizando la expresión que tenía en la cara minutos antes, se tomaba demasiado en serio lo de ser la líder del círculo, pero no podía evitarlo, se sentía responsable de todo lo que concernía al círculo; además, ellos la habían elegido, y tampoco quería decepcionarlos.

La mente de James permaneció en shock durante unos momentos. Que Emily estuviera allí era una cosa que se podría solucionar con algunas llamadas, pero si todo el circulo se encontraba allí sin el conocimiento de nadie, entonces era algo que ni siquiera las palabras de su madre podría solucionar. Esperaba que no hayan puesto al pueblo de cabeza para encontrar al circulo, principalmente sus familias, debido a que conocían directamente el secreto, pero por el momento no se preocupó por ello.

- Supongo que tendrán a medio Inglaterra buscandolos. - Dijo con una sonrisa en el rostro. Aunque posiblemente hayan causado un desastre, era un magnifico detalle que hubieran ido solo por James, y además, estaba mas que contento de tener a Emily allí, hablandole, luego de un buen tiempo sin verla.

Llegaron las ordenes de los dos jóvenes, y James tomó su bebida para darle un sorbo. Esperaba poder encontrarse con Rapahael y hablar con Veronika, y se requería que el circulo se cerrara lo más pronto posible para que todos estuvieran seguros. Si bien James era de los pocos que tenía sus poderes controlados, los demás posiblemente no tendrían el mismo control y necesitarían el filtro que les brindaba cerrar el circulo. Sin embargo, un fugaz pensamiento pasó por la mente de James y, recordando la enorme cantidad de seres sobrenaturales, vampiros y licantropos, además de hechiceros malvados que se encontraban en el pueblo y que posiblemente pusieran en peligro a todos sus amigos.

- Emily, dime, ¿donde están viviendo? - Dijo, con un claro matiz de preocupación y cierta desesperación en la voz.

Emily notó como James se quedaba un momento en shock, aunque era comprensible, ya que que todos los miembros del círculo hubieran viajado allí sin permiso de sus padres y sin ni siquiera avisarles de que se iban era algo que tendría a todo Castle Combre como loco; sobre todo estando en época de clases, pues no podían ocultar su falta diciendo que estaban de vacaciones o algo por el estilo. Pero según Emily, eso era lo mejor que podían hacer, pues en estos momentos lo más importante era volver a unir el círculo; ya se preocuparían por sus padres después.

-O a toda Gran Bretaña. - contestó divertida, aunque era completamente consciente de que aquel no era un tema de risa precisamente, en cuanto volvieran a casa no volverían a ver el sol en una temporada, lo que a Emily le parecía normal, ya que si su hija de 17 años se escapase de casa sin decir a donde ni tener ninguna pista de donde podría estar ni si estaba bien, Emily no volvería a dejarla salir de casa.

Cuando la preguntó donde estaban viviendo, lo hizo con un deje de preocupación en la voz, a lo que Emily contestó con un tono despreocupado, tratando de quitarle importancia. - En una casa abandonada a las afueras del pueblo, no tenemos dinero para permitirnos un hotel; pero nos las apañamos bien, no te preocupes. - dijo sonriendole. Como ya había llegado la comida, mientras hablaba había cogido la hamburguesa entre sus manos y en cuanto terminó de hablar le dio un mordico; andar todo el día de arriba para abajo buscando a James la había dado hambre.

A pesar del "No te preocupes" tranquilo de Emily, James abrió los ojos lo más que pudo y le fue prácticamente imposible ocultar su preocupación y su miedo, que no radicaba en el hecho de que sus compañeros de circulo estuvieran viviendo mal, sino por el hecho de que estuvieran en un lugar donde pudieran ser atacados por cualquier vampiro sediento, algún licantropo en plena fase, algún híbrido maníaco de Klaus o incluso el mismo Klaus. Tomó un poco de su té helado para refrescarse la garganta y poder hablar de nuevo.

- ¡¿Ustedes están viviendo en una casa abandonada donde incluso los más inexpertos humanos - la policía - podría encontrarlos?! Mejor termina tu hamburguesa y nos vamos directo a esa casa. En el palacio de los Cromwell hay varias habitaciones vacias donde todos se podrán quedar - "Eso y un montón de hechizos protectores que le voy a poner tan pronto como se muden" agregó de manera silenciosa el joven Cromwell.

Acabó su pastel e intentaba moverse en su silla para que el deseo de levantarse y corre a socorrer a sus amigos no le ganara. Estaba realmente preocupado, más desde que sabía que el pueblo no era seguro para nadie y que los vampiros se alojaban en cada rincón de la ciudad y bien sabía que los humanos estaban perdidos, pero los hechiceros tenían una ligera salvación si sabían como controlar sus poderes.

- Estoy preocupado - Soltó deliberadamente, sin pensar en lo que decía y sin importarle que una desconcertada Emily pudiera escucharlo. Ahora su circulo corría peligro.

Emily pegó un respingo ante la respuesta de James, pues la había asustado el tono que había usado para ello, vale que no fuera el mejor lugar del mundo, pero tampoco era para ponerse así. ¡James, tranquilizate! Tiene hechizos protectores y mientras no nos vean ni salir ni entrar estamos a salvo. Además, ¿no crees que tu madre nos enviaría de vuelta si supiera que estamos aquí? Necesitamos quedarnos hasta que cerremos el círculo del todo y se estabilicen nuestros poderes, si no somos un peligro andante. - - dijo seria, dejando la hamburguesa sobre el plato. No es que Emily estuviera encantada de vivir en aquella casa o que no se preocupara por la seguridad de sus amigos, pero no había otra cosa, y no podían separarse hasta que todo estuviera en orden.
Al escucharle decir que estaba preocupado, pasó una de sus manos por encima de la mesa para coger la suya, queriendole trasmitir que no tenía por qué preocuparse; ella también estaba preocupada, era verdad, pero se le daba bastante bien disimular estas cosas. - Todo saldrá bien, ya lo verás. - dijo con una sonrisa tranquilizadora, tenía que salir bien, por el bien de todos.

A Emily casi le preocupaba más la reacción de James que los peligros que pudiera haber en aquel pueblo, sabía que no eran los magos y brujas más dotados en el campo de la magia, pues todos eran principiantes y poco conocedores de aquel arte, pero no estaban completamente desprotegidos ante los peligros que pudieran aguardarles y Emily estaba segura de que entre todos serían capaces de superar cualquier adversidad. Aunque la conducta que tenía su amigo la hacía dudar un poco de sus verdaderas capacidades, pero tenía que creer, es más, quería creer que eran capaces de defenderse ellos solos. Emily le dio otro bocado a la hamburguesa y tras tragar, bebió un trago de lo que fuera que estaba bebiendo sin ni si quiera mirar el vaso. Al escuchar que James quería ir a verles, no pudo hacer otra cosa que aceptar, si así se quedaba más tranquilo.... -Está bien, iremos a verles, pero déjame por lo menos terminar de comer. - dijo mientras alzaba el brazo para pedirle la cuenta a la camarera, sabia que James no la dejaría pagar, aunque tampoco es que le quedara demasiado dinero; debería buscarse un trabajo si quería poder permitirse seguir allí por lo menos hasta formar el círculo.

-¡Ya verás! ¡Se van a alegrar más de verte! - dijo alegre, habían ido todos allí por él, aunque a algunos les hubiera costado más aceptar la decisión que a otros, habían decidido que las decisiones del círculo se tomarían por votación, aunque al final, la palabra que más peso tenía era la de Emily, por eso la habían nombrado líder. Se terminó la hamburguesa en menos de tres bocados, pues James parecía impaciente por reencontrarse con el círculo.