Ley Marcial [Alice-James]

En las profundidades de su meditación semanal, escuchó en la lejanía de la oscuridad un sonido que hizo que estuviera a punto de despertarse, de no haber sido por su buena concentración y el hecho de que en aquellos momentos se encontrara en una conexión con la naturaleza que le impedía preocuparse por cualquier cosa mundana que pudiera traerle su teléfono celular. No entendía como le era posible mantener un balance entre su vida social, su vida académica y su vida mágica, pero era un balance que en lo absoluto había alcanzado Reichen, a pesar de que se tratase de un hechicero Individual y por ende debería tener un mayor poder que él, lo que en realidad no sucedía.

Cuando terminó con su práctica y volvió de su viaje de meditación, lo primero que hizo fue revisar su telefono y comprobó que tenía una llamada perdida y un mensaje de texto, por lo que revisó la contestadora solo para encontrarse con un Aleksand que denotaba cierta preocupación y que le pedía que fuera a su apartamento...sin embargo, según como lo recordaba, Aleksand vivía con Alice y por esto le pareció extraño que le diera la dirección de su "apartamento". Tomó una maleta con algunos de sus libros y varias cosas que le serían de utilidad si sus conocimientos mágicos eran requeridos y salió de la mansión montado en su motocicleta.

No le fue muy difícil encontrar el lugar en un pueblo que ya conocía bien y que era de cierta forma pequeño, por lo que bajó de su motocicleta y la dejó allí en la calle, no sin antes ponerle algunas cadenas y varios hechizos protectores, pues no se fiaba de los humanos y entró al edificio. Llegó hasta el apartamento descrito por Aleksand y tocó tres veces a la puerta, esperando que su amigo le abriera y sorprendido de que no escuchara ningún sonido proveniente del lugar.

Desde que Aleksand pronunció las primeras palabras, James supo de inmediato que algo andaba terriblemente mal. No se trataba únicamente de sus palabras como tales, sino el tono sombrío aunque preocupado con el las había dicho, su expresión y su presentación en general, que indicaban que había estado alterado en los últimos días. Sin embargo, lo que lo hizo preocuparse realmente fueron las últimas palabras pronunciadas por el joven Alek, que se había ofrecido para recibir el castigo merecido a algo que James desconocía, pero tenía que ser algo verdaderamente alarmante si el Bright aceptaba un castigo sin antes dar batalla.

- Aleksand...Que es lo que sucede? - El hecho de llamarlo por su nombre de pila y no decirle sencillamente "Alek" hacía que la pregunta sonara casi como a un regaño anticipado, pero ello distaba mucho de la realidad pues James no estaba dispuesto a hacerle nada a Alek hasta que este lo explicase que era lo que estaba sucediendo. Entonces se tensó completamente, pues sintió una presencia extraña, en lo absoluto humana y completamente diferente de la de Alek y la suya propio, y dijo en voz baja, casi como preparándose para algo inesperado - Vampiro...

Con esto, casi no se había percatado de que Alek lo hubiera llevado a una puerta cercana y, como si algo lo estuviera reprimiendo a abrirla, se quedó unos momentos quieto, sin saber que hacer. Finalmente abrió la puerta y vio una figura entre las sombras, a la que identificó con el vampiro que había sentido antes. Le pareció que había algo familia en esa vampira, pero las sombras y un mal angulo de encadenamiento le impedían verla por completo. Se acercó, y no fue necesario que levantar la cabeza cuando captó quien era la que se encontraba encerrada en la celda. Sus puños se cerraron de repente y empezaron con una ligera tembladera, posiblemente provocada por la ira y frustración que sentía en esos momentos y procuró tranquilizarse, aunque sus instintos empezaban a descontrolarse y un poco de magia surtió efecto, provocando que las barras de metal se doblaran solo un poco, pero no lo suficiente como para que Alice escapara. Además del hecho de que los bombillos del departamento estallaran y quedara sumida la celda en una completa oscuridad y después de que un ligero fuego se hubiera prendido en el suelo para ilumina, James logró controlarse.

- ¿Quien ha sido? - Su voz sonaba fuerte y ocultaba la furia que moría por descontrolarse. La pregunta no iba dirigida a alguno de sus dos acompañantes, y por tanto tampoco estaba dirigida esa ira. Entendía la miseria de Alice al haberse convertido en vampira, y la responsabilidad de Aleksand de apresarla para que no pudiera herir a nadie con sus instintos. De repente, buscó alguna pieza de joyería en algún lugar que pudiera relucir la joven y se dio cuenta de que no encontró ninguno, por lo que era probable que el sol la hiriera al no tener un amuleto. Sintió entonces deseos de hacerle un amuleto, aunque encerrada no iba a serle de mucha utilidad, pero lo menos no se sentiría tan debil como se veía en aquellos momentos. - ¿Soporta los rayos solares?