el segundo día es el mejor [James, Faye]

Al fin el joven Cromwell conocería la escuela de Mystic Falls, a pesar de que llevara en el pueblo un largo rato, puesto que anteriormente se encontraba esclavizado con las clases particulares que le obligaba a tomar su madre. Las calles estaban solitarias esa mañana y, por supuesto, solo se debía a una razón: Estaba llegando tarde. No quería que fuera catalogado como un estudiante tardío por los profesores, aunque debía admitir que sentía un poco de nervios al simple hecho de que fuera a ir a un instituto de educación publica por primera vez en toda su vida.

Condujo con velocidad y destreza la motocicleta que se había llevado ese día, y al llegar al estacionamiento del instituto buscó rápidamente un lugar donde parar y dejar allí su moto. Estaba llegando tarde y no tenía mucho tiempo para poner seguro su vehiculo. ¿Que mas podía hacer sino usar los atajos que su naturaleza le ofrecía? Con un pequeño movimiento de manos y la pronunciación de unas pocas palabras las cadenas que estaban atadas al vehículo se movieron de tal forma que nadie pudiera robarsela. Acomodó su maleta y con paso presuroso se dirigió al aula en el cual tenía su primera clase.

Por supuesto le fue imposible llegar a su destino, debido a que algo llamó su atención mientras caminaba por los pasillos. Un joven, que nunca antes había visto en el pueblo, se encontraba frustrado tratando de abrir su casillero, aunque, en un desesperado intento, le gritó a este para que abriera. De haber sido un humano cualquiera, habría sido un vano intento por usar fuerzas naturales para él desconocidas, pero para la sorpresa de James, la puerta del casillero se abrió de golpe y todos los libros que había adentro cayeron contra el suelo. Entonces, notó el joven Cromwell una esencia en el desconocido, algo que le hizo sentir una interesante conexión. como si compartieran sus habilidades sobrenaturales.

Algunos espectadores no dudaron en irse del lugar, susurrando cosas acerca de los "freakys" del instituto. No sabía el Cromwell que hubiera esa clase de gente en ese lugar, por lo que, tan pronto como pasaron a su lado, disimuló la ira contenida y, en otro movimiento de manos, un poco de agua que había esparcida en el suelo se movió de modo que los que habían susurrado en contra del desconocido cayeran de bruces contra el suelo a causa de un resbalón con el agua. La escena no demoró demasiado y cuando volteó para ver el desconocido, tratando de ocultar la satisfacción en su rostro, vio que este estaba aún recogiendo sus libros. Se acercó lo más rápido que pudo y, como buena persona que era, lo ayudó con los tomos regados por el piso que encontró.

- No sé si suele pasar que los casilleros se traben en este lugar... - Dijo James cuando se levantó para devolver los libros al joven - ...Pero sé que habría resultado mucho más sencillo y menos escandaloso haberlo abierto con la ayuda de un conserje y no de una fuerza sobrenatural. - Con una sonrisa amable atendió el desconcierto que apareció en el joven, y no le molestaba a James hablar en esos terminos con un completo desconocido, puesto que ya sabía que las naturalezas de ambos eran claramente similares. - Soy James Cromwell, también nuevo en el instituto.

Morgan...James no recordaba haber escuchado casi nada acerca de ese apellido que estuviera relacionado con la etnia mágica, cosa que le sorprendió bastante debido a que su familia, los Cromwell, por ser una familia muy apegada a la magia tenía contactos con muchísimas familias mágicas, fueran estas parte o no de algún circulo mágico. Sin embargo, James dejaría para luego esas investigaciones y se concentraría en aquel momento en el cual había conocido a otro Hechicero en el pueblo. Sin duda era nuevo, debido a que no comprendía su horario, aunque James tampoco era que lo comprendiera demasiado bien.

- Yo tengo una hora de calculo y luego una hora de literatura, por lo que supongo que compartimos esa clase. Me voy a saltar calculo, ya he tenido suficiente de esa materia durante todo el verano y no se me antoja volver a estudiar lo que ya sé. ¿Que te parece si vamos a algún lado y charlamos durante tu hora libre? Creo que el patio sería un buen lugar.

Sin esperar la aprobación o negación de Reichel, el joven Cromwell ya se había encaminado directo al patio mientras esperaba que su acompañante lo siguiera. Así lo hiso y fueron caminando por el pasillo buscando el camino que los llevara mas rapido al patio, debido a que, gracias a que los dos desconocían la gran mayoría del lugar, estaban mas o menos perdidos. James se aseguró de que Reichel no pisara el chorro de agua que antes había usado James para vengarse de los que habían llamado freaky al joven Morgan, y mientras buscaban el camino al patio, James decidió entablar una conversación.

- ¿De donde vienes? Si eres nuevo en el instituto, has de ser nuevo en el pueblo, además que no te había visto antes por estos lugares.

Desde que había llegado la chica Faye, Reichen se había contagiado de una actitud dispersa y distraída, como si hubiese algo que lo estuviera entreteniendo y sabía a la perfección que la chica no tenía nada que ver con esa actitud, puesto que no dirigía ni una sola mirada, ni interesada ni ninguna otra. Deseó saber un poco más de aquella joven que había aparecido así de repente, puesto que no le parecía el tipo de bruja convencional y había una aureola de misterio y extrañeza alrededor de ella.

Su deseo de saber acerca de Faye aumentó al ver como esta usaba sus poderes para algo mucho menos inofensivo que mover sillas o abrir candados. James la fulminó con la mirada mientras veía como provocaba que un patinador se desviara y chocaba con una animadora cercana. Esperaba que el joven patinador no se viera en problemas, y para su suerte, no parecía haber ningún conflicto con ellos, pero al parecer si con un espectador (probablemente del equipo de soccer del instituto) que parecía muy dispuesto a golpear al pobre manipulado por magia.

Con un sencillo movimiento de la mano James alejó inmediatamente al jugador de soccer, con la suerte de que ni la animadora ni el patinador lo habían visto acercarse y aprovechó para prenderle un poco de fuego a las mangas de su camiseta y a la parte inferior de sus pantalones, así tendría que ir a apagar el fuego y no molestaría al patinador. Tras esto, volvió a posar su mirada fulminante sobre la bruja, como reprochandole sus irresponsables acciones frente a la magia. Escuchó sus palabras y se preguntó de inmediato que tanto debía hablar acerca de sus libros. Con aquella primera vista de la personalidad de la joven, ya no estaba tan seguro de confiar en ella, aunque si deseaba sonsacarle información.

- Mis libros familiares los encontramos hace un buen tiempo. Mis abuelos nos revelaron su ubicación a mis padres, mi hermana y a mi. Aunque, por que te ves tan interesada en el tema. Seguro tu libro ha de ser tan interesante como cualquier otro. - A esas alturas la conversación parecía ser solo de Faye y James por lo que este no tuvo mas remedio sino preguntarse por la falta de comunicación de su más reciente amigo. Chasqueó sus dedos para llamar la atención de Reichen y posó su mano derecha en uno de sus hombros, pues parecía que se encontraba mas distraído de lo que podría encontrarse. - ¿Estás bien, Reichen? - Dijo con una notoria preocupación.