Back to the Origins [Rebekah]

Las puertas se abrieron tras el empujón de sus manos y una sonrisa instantánea se plantó en sus labios. Había olvidado lo pintoresco que era el Grill y lo lleno que estaba los fines de semana, recibió algunos saludos a su entrada de personas que había conocido cuando era todo un pan de dios, le alegro saberse reconocido eso le anticipaba que no se iría con las manos vacías. Beber se había vuelto en Stefan una nueva costumbre, o debía decir que era un gusto recién revivido puesto que en su anterior vida el vampiro era admirador del buen licor y las noches en vela. Hoy recurría a ello por que estaba aburrido en extremo al grado de sentir un dolor de cabeza antinatural en su cuerpo, era tedioso tener a un hermano en un plan tan aburrido que lo juzgaba con la mirada por sus recientes comportamientos y encima tener que protegerle a la chica para que no hiciera algo estúpido y terminará desangrada.

Había sido Klaus quién le había dado semejante misión, pero dado que ahora aquella mujer era el interés de Damon él hubiera sido el indicado para protegerla no Stefan quien tenía que seguirla a todos lados y aguantarse su mal genio.
El vampiro estaba volviendo a sus inicios, cuando todo era más divertido para él viviendosela entre donantes hermosas y juergas con humanos obligados. Acá no iba a poder obtener todo aquello si quería mantener un bajo perfil, el deber de cuidar a Elena implicaba ser cuidadoso con sus actos pues si le echaban una mano encima adiós protector.

Se acerco a la barra alegrándose de dejar su pesada tarea por el resto de la noche. El chico tras la barra un tanto extrañado le sirvió el bourbon que el vampiro pedía y que se acabo en un instante.
Otro ordenó con voz ronca permitiéndose por vez primera mirar a su alrededor donde una cabellera rubia y ojos brillantes llamaron su atención.
Stefan sonrió de lado y volvió a su trago el cual se resbalo por el interior de su garganta con más calma.
Veo que encontraste el sitio más divertido del pueblo murmuro bajo para los finos oídos de Rebekah de quien todavía seguía sorprendiéndose por lo sigilosa que era. En su entrada no le había visto, Stefan estaba perdiendo el toque.

Stefan la miraba tan despreocupada, sonriendo y engatusando al joven humano con su perfección, esa misma sonrisa había hecho méritos con Stefan hace años poniéndolo inmediatamente a sus pies aquellos años cuando ella, Klaus y Stefan era un trío dinámico. La fortaleza de Rebekah era de admirarse, no se andaba por las ramas. Así lo quiso y así calló al vampiro con un solo movimiento de uno de sus dedos mientras que él la miraba con ambas cejas arriba y las palabras atoradas en la garganta.

¿Me pides entonces que me marche? habló por fin el vampiro mirando a la rubia enganchando su mirada con la de ella, no era necesario que Rebekah le diera una respuesta, nada que ella le contestará implicaría que el vampiro saliera obediente del lugar. Que aburrido sería para ti si yo no estuviera, Klaus no esta a tu lado así que como yo lo veo soy tu única salvación. Disfrutame le dijo muy seguro de sus palabras volviendo a refrescar su garganta con el licor aunque prefería otro tipo de bebida tendría que aguardar hasta entrada la noche.

No me hagas un puchero se anticipo Stefan a algún gesto de parte de ella fuera o no un puchero, ya que ahora no le miraba. Sus ojos estaban puestos en su vaso cuyo líquido estaba a la mitad, no quería pasarse la noche bebiendo como idiota tenía intensiones de moverse y disfrutar realmente, ahora que tenía compañía se sentía un poco aliviado pues ella compartía muchos de sus gustos. Conocía a Rebekah, ahora lo sabía gracias a que su hermano le había regresado todos sus recuerdos con ella, desafortunadamente quizás, se había llevado las emociones que podría haber tenido o desarrollado ahora que la tenía de vuelta.
Me sorprende verte aquí Rebekah, es muy para adolescentes humanos exceptuándome obviamente. Pensaba que te divertía estar en casa con mi hermano, sabes creo que es bueno para las compras deberías llevarlo un día dijo él al poco rato con un toque de sarcasmo, la casa Salvatore ahora era también la de Rebekah aunque sinceramente el Stefan no sabía en cual de las habitaciones estaba.