No puedo creerlo(Rebekah)

Que horrible era tener a Stefan engañándome cuando casi había logrado confiar en él, pero creía saber el motivo por el cúal no surtía efecto las conversiones de híbridos, la doble Petrova seguía con vida, por eso él se mostró tan nervioso cuando le anuncié que estábamos de regreso a Mystic Falls, lo mejor de todo era tener a mi hermana, que nunca se equivocaba, pero realmente ahora era mucho más pesada que antes.

Se acercó el camarero y me dijo que qué quería tomar, a lo que contesté un whiskey doble.
Escuché como se abría la puerta de aquella taberna y entraba mi peor pesadilla en aquellos momentos, podría olerla a kilómetros, mi queridísima hermana Rebekah.

Con mi bebida en la mano me giré sin mucho interés, escuchando cada uno de sus pasos decididos hasta sentarse en una silla al lado mío.

-Te dije que te quedases con Stefan, ¿no sabes obedecer una maldita orden?-dije a modo de saludo mientras me frotaba con el dedo índice y pulgar la frente.

Cogí mi whiskey y miré los hielos mientras removía el líquido haciendo girar un poco el vaso como si no me importara nada más en aquel momento.
Miré de nuevo a mi hermana, esta vez con una sonrisa realmente macabra y sarcástica.

-Ah, ya no te interesa... pues creo que hace un siglo si lo hacía... y demasiado, tanto como para babosear por él todas las noches, pero como ahora no lo hace si no que estaba colgado por la doble Petrova, sientes unos celos inequívocos y es por eso que te pone enferma el estar a su lado ¿me equivoco hermana?-dije con aire divertido.

Volví a mirarla para estudiar su reacción de forma divertida mientras le daba un trago al whiskey.
Vi que no estaba servida.

-Pide algún refresco eres "menor" invito yo, venga. Y por lo de volver aquí, es que siento que pronto va a suceder algo muy grande y bueno para mí.

Me estaba impacientando, y aquello no era bueno, ya que podría salir alguien mal herido, o peor aún muerto... que lástima. Mientras divagaba un rato, me pareció escuchar un leve gesto, como de satisfacción por parte de Nikk, cosa que hizo que me prestara a escuchar la respuesta de mi querido hermano, e intentaba mirarle con atención.
Aquello que soltó hizo que mi cara cambiara por segundos, de una espléndida sonrisa y a la misma vez sarcástica a una enfurecida, y celosa.
Nikklaus había dado en el clavo, aquello era cierto durante mi época de "enamorada" solo vivia por y para el estúpido de Stefan, y me tocaba la moral y además muchisimo de que prefiriera a la simple e inocente, además de mártil humana. Tenía unas ganas enormes de acabar con su vida de una vez por todas, y lo haría, si no tuviera que protegerla para el caprichoso de mi hermano, aquel que estaba sentado justo al lado mío.

Me limité a estar en silencio, Klaus sabía perfectamente que tenía razón con aquello que me había echado en cara.

-¿Menor? -Alzé una ceja extrañada, y a la misma vez decepcionada por la apariencia que tenía Nikk de mí.- Se recurrir a mis tácticas querido hermano, y no te preocupes por lo de invitarme, invita la casa ¿Verdad? - Proseguí diciendo cuando uno de los barman, que habían en dicho lugar se dirigió a nosotros.-Yo quiero un Bourbon, cargadito si puede ser y para el señor... mmm... lo mismo que esta tomando.-Me limité a decir.
-Claro, ahora mismo te los sirvo- Dijó el atontado rubio, de ojos azules y dulce chico, al que no dude en fijarlo como proxima víctima.
- Ves - Le sonreí a mí hermano, mientras esperaba impaciente mí copa de Bourbon.- Y cuentame... ¿que es lo que tramas? -Dije calmada, y con espectación.- ¿Y por qué me dejaste sola? -Cambié mi tono, ya que lo dije algo más enfurecida, y con rábia de aquello que había hecho.

-Pues te lo diré te dejé porque eres la única en quien confío para que vigile todo lo que tengo aquí, mientras yo resuelvo unos asuntos, ah y más importante es que vigiles a mi híbrido. Por ciero ¿cómo va?-dije mientras bebía de la nueva copa que ya me había servido el camarero idiota compulsionado, los humanos eran tan endebles y tan manejables, odiaba pensar que Stefan hubiera querido ser como uno de ellos.

-¿Pensabas que iba a dejarte de nuevo? que poca fe tienes en mí, eso me duele, no ahora eres útil, tenemos que hacernos con una manada de hombres lobo cuanto antes. He estado investigando los alrededores y por ahora el cazador no está cerca como para que tengamos que huir Rebbekah. Y por lo que leo en tu mirada, no, no será posible matar a la doble Petrova lo siento es nuestra bolsa de sangre querida mía...-dije mientras balanceaba el vaso de whiskey admirando la tonalidad del líquido que tomaba al entrar en contacto con los hielos.