Nos volvemos a ver... dear ripper...{Stefan P. Salvatore}

Estaba en casa sola, sin nada que hacer, pues ya había acabado las tareas de limpieza de mi casa, e incluso había terminado los deberes, madre mía lo que hacía el aburrimiento, si fuese así todos los días, mis notas aún podrían ser mejores de lo que ya eran, siempre intentando ser perfecta madre mía...
Me levanté y me asomé a la ventana. No pude creer lo que veía, era Stefan en su coche... parecía ir hacia el bosque.
Cogí mi chaqueta de cuero y las llaves de mi coche y salí de mi casa a toda prisa y subía a mi coche y me dispuse a perseguirle para saber qué hacía.

Traspasamos la vieja carretera, que como había deducido, iba en dirección al bosque, sonreí pues mi día había dado un giro de 180 grados, había dejado de ser totalmente aburrido, y había pasado a ser de lo más divertido.
Di un derrape, pues iba demasiado rápida y tome la siguiente curva como él había hecho.
Vi que paraba y bajaba del coche, por lo que hice lo mismo, sabía que él era consciente de mi presencia y sabía que pronto íbamos a encontrarnos.

Decidí que ya era el momento adecuado, y sonriendo satisfecha de lado, le miré con diversión y ganas de pelea.
-Mira si me he encontrado con una apestosa rata, es Stefan... él muy cobarde que dejó a sus seres queridos para matar a su humanidad, el terrible dolor de cabeza idiota que hace que Klaus dañe a la que un día fue su pareja, chico si así tratas a los que un día amaste... enséñame como odias ahora.-dije tomando una posición de combate.

Se paro en seco al escuchar la voz de la joven detras de el y sonrio con una debil, pero creciente sonrisa lubuna, sonrisa que era el testimonio de su presente como el destripador. Movio la cabeza, dejando a la vita su perfil y mantuvo esa sonrisa, que ahora un poco mas pronunciada. Se volvio hacia ella y mientras se apoyaba ligeramente en su auto italiano y se bajaba los anteojos, puesto que estos lo protegian de la luz, se cruzo de brazos y cruzo sus piernas.
El gato y el raton, el leon y su presa...quien seria quien en aquel juego tan prometedor? No lo sabia...y como estaba disfrutandolo, Oh si...Mucho. Alzo su vista y su mandibula de forma altiva, con una mirada sobradora a la chica, aunque sabia que no debia subestimarla. Nunca lo haria. Como nunca lo habia hecho con nadie realmente. Stefan salvatore estaba conciente de quien eran sus enemigos y quienes sus amigos y el panorama no era demasiado alentador: Su ex novia, lo odiaba...Sus amigos lo odiaban y su hermano...bueno, con Damon nunca se sabe.
-Vaya vaya, pero si es Meredith...Y con ganas de pelear! que divertido..
Stefan estaba demasiado excitado, podia oler el aroma de la sangre de la chica,ese aroma que solia embragarlo y llevarlo a hacer los mas impudicos actos, los mas sangriento, los mas lujuriosos, los mas...para que mas? Su voz igual de sosegada, igual de tranquila...suave como podia hacerlo, salio de su garganta destilando veneno puro.
-Perdi mi humanidad, pero aun me baño todos los dias, sabes?...Ademas, si tu crees por un momento que me importa lo que digas, te equivocas...no sabia que podias hablar sucio, te excita? hahahaha
Oh si le importaba, demasiado le importaba, habia perdido su humanidad pero lo que sentia por Elena habia sido demasiado fuerte para que Stefan pudiera solo olvidarse y dejarla sin proteccion. Podia hacerle lo que quisiera a el, pero no a ella, no a Elena y de eso se aseguraria...

Escuché cada palabra idiota y sin sentido que salían de su boca, pero mantuve mi sonrisa irónica, prometía ser una mañana divertida de eso no había ninguna duda, así que ya que él no se acercaba para atacar, yo lo haría primera, se ve que aún tenía algo de caballero, pues las damas siempre van primero.
-Que caballero... las damas primero ¿no?-dije mientras corría hacia él y sacaba mi pistola especial cargada de balas de madera, apunté a su pierna y disparé, clavándose un gran número de balas en él.

-Eso es solo porque me parece que eres idiota... me voy a divertir mucho contigo.-dije mientras le daba una fuerte patada giratoria en toda la cara y vi como la sangre salía de su labio. Se curaría sí, pero el dolor nada lo cura.

Volví a mi posición defensiva, mientras esperaba el turno del vampiro para atacar.
-Bueno ¿qué te cuentas? Veo que has dejado libre a la familia de los originales y que ahora todos seremos felices vecinos.-dije con un claro tono irónico.