Encontrándome con mis pesadillas (Valerie M. Swan y Klaus)

Vamos, Joe, no puedes quedarte encerrada de por vida. ―pensé para mí misma, algo angustiada, hecha un ovillo sobre mi cama. Estaba sentada y miraba la pared que había frente a mí sin verla realmente, simplemente estaba perdida en mis pensamientos, en mis recuerdos. Recordaba aquella noche en la que no fui lo suficientemente rápida como para evitar la muerte de mis padres como había hecho con la mía, aunque claro, me había ayudado un chico... Pero mis padres eran mayores que yo y sabían a qué se estaban enfrentando, entonces, ¿Por qué ellos no habían podido vencerles y nosotros sí? Era todo... tan injusto, a veces me daban ganas de autodañarme para acabar con el dolor psicológico, en ese momento meditaba en si darme un cabezazo contra la pared o si salir de casa. Era lunes por la tarde y no había ido a clase, aún no me sentía con ganas para ello, a veces no quería ni hablar, en ocasiones ni hablaba con mi abuela aunque ella tratara de hacerlo.

Me levanté de la cama dando un salto y caminé hasta mi armario. Me quité el pijama y me puse unos vaqueros y una camiseta que decía “Fuck you”, miré mis vestidos y suspiré, dudaba que volviera a ponérmelos, me recordaban demasiado a mi madre. Me calcé unas deportivas y me peiné, dejando mi cabello suelto después. Me puse una chaqueta fina, pues fuera no hacía mucho frío, pero sí que me coloqué una bufanda alrededor del cuello, por si acaso. Mi abuela estaba trabajando y yo bajé al primer piso y me detuve frente a la puerta para concienciarme otra vez de que iba a salir de casa. Tomé aire y abrí la puerta. Casi parecía agorafóbica, pero no lo era. Abandoné mi casa y caminé hasta el pueblo, nerviosa. Paseé un poco por allí y se me hizo tarde. Mierda. ―pensé y eché a correr, ya era de noche y tardaría en llegar a casa... Qué miedo sentí en ese momento. De tanto correr a oscuras tropecé con algo y me raspé la rodilla al caer sobre ambas en la carretera.

Las calles de Mystic estaban silentes. Todo parecía estar tranquilo . Al parecer los asesinos nocturnos habían desaparecido, pero diría que no todos han desaparecido, al menos mientras este aquí seguirá habiendo mas muertes.
Era de noche perfecto como para encontrar mi cena en un rato. Me puse mis botas, mi abrigo, mientras dejaba bailar mi cabello largo en el viento. Cuando iba caminando por las calles,pude notar un callejón, el cual me llamo la atención , además estaba oscuro y si allí encontraba a un humano podía beber de su sangre hasta saciarme y nadie se daría cuenta.
Caminaba pensando en muchas cosas, hasta que algo se me tropezó, pero al sentir ese aroma delicioso de la sangre. Valerie llego rápidamente hasta el lado de la joven , claro que enseguida sabia que se trataba de una humana. –Perfecto para mi cena- Me oí susurrar. Le tendí la mano para que pudiera levantarse esta joven.
-Veo que estas perdida y asustada. No temas yo te ayudare a llegar a tu casa y encontrar la salida- Le dijo con una sonrisa sarcasmo. Ahora lo que le esperaba a esta humana era una gran pesadilla, la que ni se imaginaba.

Solté un quejido de enfado mezclado con dolor. Sentía una desagradable quemazón en la rodilla dañada, que sangraba un poco. La observé, sentada en el suelo, no tenía muy buena pinta, el pantalón estaba rasgado y manchado de sangre y mi rodilla estaba rajada varias veces. Qué doloroso era, ¿Por qué tenía que ser tan rematadamente torpe? Qué mierda de vida tenía, joder, no sólo había llegado tarde para salvar de la muerte a mis padres sino que ni siquiera era capaz de mantener el control de mi propio cuerpo. Di un respingo cuando vi a una mujer junto a mí ¿De dónde coño había salido? Bueno, a lo mejor con la oscuridad no la había visto... o tal vez era un vampiro.
Joder, Joe, la has cagado.
Observé, ceñuda, cómo me tendía la mano. Sí, y luego es cuando se tira a tu yugular y te deja más seca que la piel al sol sin crema. ―pensé. Me levanté y me flaqueó un poco la pierna, pero estaba decidida a largarme de allí rápidamente, si tenía que pedir a alguien que me dejara entrar en su casa, lo haría. La miré aún con el ceño fruncido.
―No te preocupes, yo me sé el camino de vuelta a casa, puedo ir sola. Adiós. ―dijo de mal humor, no me gustaba la gente y odiaba a los vampiros, por lo que una mezcla de ambos sentimientos se mezclaba en aquellas palabras mías. Tampoco podía decir que fuese un vampiro pero yo ya no me fiaba de nadie más que de mi abuela. La esquivé y caminé hacia mi casa casi cojeando, ¿Qué debía hacer? Si era un vampiro y quería... eso me seguiría aunque fuese caminando y me atacaría, y si echaba a correr me alcanzaría igualmente. Respiré con nerviosismo mientras me alejaba de ella y rogaba para llegar a mi casa sana y salva.

Por un momento había pensado poder controlar mis impulsos por la sangre, pero al ver frente e a mi a una humana manchada de sangre todo cambio. Un calor interior invadió todo mi ser, mis ojos cambiaron de color, tan solo por ver la sangre, mis colmillos salieron, ya no estaban como antes, ahora era un monstruo que desconocía todo , solo si Klaus estuviera allí conmigo sabia controlar , mientras tanto nadie mas podía contralarme .
La se era mucho mas fuerte que querer detenerme , dejar libre a esa humana,porque aun recordaba cuando yo también era una humana. Cuando aquella vez me encontraba perdida, y pedía ayuda. Pero la sed era mucho mas fuerte que yo, estaba sedienta ene se momento y no pude resistir mas.
Al verla escapar aparecí delante de ella tomándola del cuello con mi velocidad vampírica .
-No tan de prisa, no escarparas de mi tan fácilmente, nadie lo ha logrado hasta ahora y tu no serias la primera- Dije enarcando una ceja. Cuando la tome del cuello clave mis colmillos, justo donde bombeaba la sangre. Bebí hasta saciar mi sed, y la solté al piso , claro seguía viva. Aun no era hora de matarla porque me podría servir de algo. Me senté encima de una piedra y la mire con la boca llena de sangre, mientras le sonreía malévolamente . Espere hasta que esta se recupere ,ya que estábamos en un lugar oscuro donde no pasaba nadie, solo estábamos las dos . Todo era silente, solo podía oír algunos ruidos de los grillos, ya que estábamos casi cerca del bosque .
-No te esperare toda la noche aquí, levántate, que ahora me tienes que acompañar a un lugar mejor – Añadí levantándola de la mano, para luego mirarla de frente . –Dirás que tuviste un accidente y que no recuerdas nada vale-dije mientras la miraba fijamente, manipulándola mentalmente.
-Ahora andando que tenemos que llegar lo mas pronto porque hay alguien que quiere verte. Eso si ni intentes escapar porque será peor para ti, no vivirás para contar entendiste- comente soltando una leve sonrisa, mientras avanzaba junto ala humana . Estaba feliz , porque ahora Klaus tendría su cena, aparte tendría a una humana, y el haría lo que se le antojara con ella.

Aquello era genial, sencillamente genial. Es decir, me “autoayudaba”, me autoaconsejaba, ¿Y qué conseguía? Aquello. Estupendo. Ahora sí que me estaba muriendo de miedo ¿Y por qué? Por todo, primero porque aquellas criaturas con las que tanto quería evitar encontrarrme y que tanto me asustaban estaban por todas partes, porque se me había hecho tarde y era de noche y, por último, porque aquella chica no era tan amable como quería hacer parecer. Apareció delante de mí repentinamente y me agarró del cuello, amenazándome después. Entonces, sólo un pensamiento pasó por mi mente: “voy a morir”. Y no me dio tiempo a pensar mucho más porque sentía algo lacerante clavándose en la piel de mi cuello. Fue algo extraño, me quemaba, y sentía algo caliente, mi sangre, lo peor es que el dolor se mezclaba con las cosquillas, pero estaba muy asustada.
Lo que me sorprendió fue que me soltara, aún estando viva. ¿No iba a matarme? ¿Por qué no iba a matarme? Mi cabeza trabajaba a mil por hora, y mi corazón bombeaba a más velocidad aún. Se sentó en una roca mientras yo trataba de, al menos, sentarme en el suelo. Fue horrible mirarla a la cara, pues tenía la boca llena de ese líquido rojo que me pertenecía y que debía quedarse dentro de mí, al menos por naturaleza... Tragué saliva, muerta de miedo, expectante por su próximo movimiento. No pude evitar que me levantara mientras comenzaba a temblar al escuchar sus palabras.
―¿Qué...? ―murmuré antes de que pasase algo aún más extraño. La escuchaba y, sin yo quererlo, asentí. ¡¿Por qué me estaba pasando eso?! ¡¿Por qué le había dicho que sí cuando yo quería salir de allí por patas?! Aquella extraña sensación pasó justo antes de escuchar su amenaza, me estremecí de arriba abajo. Estaba muy asustada pero no era tonta, era demasiado rápida para mí... así que me limité a comenzar a andar, con la cabeza gacha y una mano sobre la herida que me había dejado la muy... vampira. Respiraba de forma algo entrecortada por lo mal que me sentía y el dolor del mordisco.

Todo estaba saliendo como yo quería. Esta humana me estaba resultando bastante interesante, ya que estaba haciendo lo que yo quería. Aparte esta me serviría de mucho.
Ahora me dirigía a un lugar donde me divertiré mucho , aparte Klaus se divertirá mucho mas .
Después de que esta humana aceptara ir conmigo, una sonrisa se dibujo en mi rostro . Me sentía tan bien con hacer estas cosas. Era placentero hacer sufrir, y alimentarte de su sangre . Mientras caminaba delante mio con la cabeza gacha , iba tras ella vigilándola muy bien, ya que podría escapar. Aunque si escapaba ya no viviría para contarla. Aparte que humano podría sobrevivir en un bosque como este teniendo a lado a una hibrida.
Caminamos como media hora, y al ver cerca la casa donde íbamos que se encontraba en medio de un bosque , me pare para mirar si estaba Klaus. Al ver que se encontraba ahí la hice pasar .
Al entrar llame a Klaus, quien enseguida apareció delante de las dos. Le di un beso apasionado para luego entregarle a la humana. Me pare mirando que haría ahora.
-Ahí te dejo con tu humana Klaus, ya vengo enseguida.Suerte cariño-Dije echándole una amplia sonrisa a la humana. Subí a mi habitación. Me di una ducha, y me cambie de ropa. No tarde mucho , pero no tenia ganas de bajar para ve lo que hacia Klaus con aquella, para lo que me importaba ver si lo mataba o simplemente se alimentaba y lo dejaba tirada en medio del bosque.

Bin, como siempre, no era ni necesario que saliese de caza pues mis siervos me la traían a mí, vi que era una humana, y sonreí divertido, había sido muy tonta al cruzarse con una de mis híbridas. Asentí al ver como Valerie salía de la habitación y yo me acercaba a ella. Sonreía divertido dando vueltas alrededor de mi cena.
-Bueno veo que has conocido a Valerie, se piensa que la amo, algo tonto, pues yo solo he amado una vez, solo la utilizo en mi juego... -dije en un susurro.

Cogí de los pelos a la humana y eché su cabeza hacia atrás y le mordí el cuello y me alimenté con su sangre, saciando así mi sed, que no era demasiada pues me abastecía bastante. Paré y me limpié la sangre de mis labios.
-Bueno que pasa ¿tienes miedo?-dije riendo.

No sé cuánto estuvimos caminando, diría que mucho, pero no podría asegurarlo de ninguna manera, pues el trayecto se me hizo demasiado largo y estaba bastante cansada, a saber cuánta sangre me había sacado esa cosa. Me mantuve en silencio durante todo el viaje a pie, temerosa de que me dijese algo que no quisiera oír, aunque también temía que me dijera algo aún estando en silencio. En resumen, estaba muy asustada por lo que pudiera pasar, y seguía manteniendo una de mis manos sobre la herida de mi cuello, cómo ardía. Otra cosa que también temía era llegar a ese sitio en el que estaba ese alguien que quería verme, lo más que quería hacer era salir corriendo de allí pero sabía que ella me seguiría y me mataría, aunque, pensándolo bien, ¿No moriría de todas formas? Porque probablemente ese alguien era otro vampiro... que quería verme ¿Es que me conocía acaso? Me mordí el labio inferior, nerviosa, y después observé la vivienda, no era nada tenebrosa, por alguna razón había pensado en ello.
Entré lentamente y escuché de nuevo su voz. “Klaus” había dicho. El vampiro ―lo era, definitivamente lo era― apareció en un visto y no visto, haciéndome soltar un grito y dar un respingo del susto. La vampira se fue y el tal Klaus se acercó a mí, le seguí con la mirada mientras él me rodeaba como si él fuese un buitre y yo, carroña. Temblé de miedo, que se fusionó con un extraño sentimiento que no había salido a la luz desde hacía ya bastante tiempo. Hice una mueca de dolor con el tirón de pelos y apreté los puños, soltando un grito de dolor cuando hincó sus dientes en mi cuello. Cuando se detuvo me separé de él y lo miré con odio, tapándome la herida del cuello con la mano, cómo estaba sangrando...
―No. ―mascullé. ―Sólo siento asco hacia ti, los vampiros sois... horribles, pero al menos ella parece quererte y tú la estás engañando, eres despreciable. ―me caí de rodillas al suelo, mareada, había perdido mucha sangre, más de la que debía, necesitaba rellenar mis venas de nuevo y tapar aquellas heridas antes de que muriera desangrada.