Famelico de ella

Bajo del auto deportivo, con las gafas oscuras y cerrando la puerta con un golpe seco, empezo su recorrido por el estacionamiento del campus, sus botas con cada paso, taconeaban en el asfalto. Sentia las miradas de todos los estudiantes en en su figura, algunos los conocia otros no...cuantos latidos escuchaba con su oido fino...latidos de angustia, latidos de miedo al verlo...estaba complacido, exultante, nuevamente hambriento, como siempre hambriento.

Parte de el no queria hacerles daño, parte de el solo queria ignorarlos, pero su sed de sangre era mas fuerte. Entro al instituto, confiado, buscando nuevas victimas, nuevas venas para despacharse con ellas...cada chica que pasaba por adelante de el era una potencial victima, un potencial almuerzo...que disfrutaria hasta que nuevamente le picaran las venas y le dolieran los colmillos: es que nadie tenia sangre de tal naturaleza que pudiera empacharlo y dejarlo lleno, aunque podia saber con cual disfrutaria mas...Elena...como disfrutaria con ella, como le gustaria clavar sus colmillos en ella, siempre lo habia deseado...dejarla seca, tomar cada gota de su sangre y quedar satisfecho para luego sacarse el anillo y hacer que los tibios rayos del sol lo carbonizaran, como castigo por haber matado a la unica mujer que amaba, era el unico castigo posible para el.

Dando vuelta por un pasillo, la vio...con su pelo suelto al viento como la primera vez que la vio, sus libros en su pecho y sus hermosas piernas largas...Si habia un dios..que no permitiera que pudiera hacerle daño, que no dejara que el pudiera mancillarla con sus manos.

Estaba en mi taquilla sacando los libros de física, si tener física a primera hora era un castigo pero en fin, ya era hora de acostumbrarse.
Cogí un par de libros más para las siguientes horas y iba a echar a andar hacia mi clase hasta que lo vi...

Otra vez aquí, en el instituto, que demonios... ¿quería matarme de dolor? pues solo verlo ya era una eterna tortura.
Lo miré seria y con el ceño fruncido, pues no entendía el por qué de su presencia aquí y quería en parte saberlo, darle solución y que se largase.

Me encaminé hacia él en lugar de hacia la clase que era lo más sensato que la mente me pedía pero la ignoraba.
Llegué a su lado.

-¿Qué demonios haces aquí? vete, márchate, o es que ¿todavía no has causado el dolor suficiente?-dije soltando en mi voz gran parte de mi furia.

Ah cuanta furia habia en su mirada y su dulce voz. Furia y odio que nunca tendria que estar alli en primer lugar. Stefan estaba tan complacido por el olor que despedia la sangre de Elena, que sonrio seductoramente, cruzando sus brazos sobre su pecho. Podia escuchar los latidos del corazon de Ella, alentado por el odio. Algo en su interior se rompia, esa era la verdad, como le gustaria decirle que nada habia cambiado y que el seguia siendo el mismo de siempre, que la amaba...que no habia nadie mas que ella, pero...le habian arrebatado su humanidad y ya nada quedaba por hacerse.

Vaya bienvenida, Elena...veo que mi hermano ha estado influyendo sobre ti: tenia unos asuntos pendientes en Mystic Fall y debia...venir para terminarlos, si debes saberlo.

Su asunto pendiente era matar a Klaus con su propias manos si fuera necesario, tenia un plan pero primero tenia que deshacerse de su hibirida favorita para ello. La miro a los ojos, hambriento. Estaba absolutamente llena de verbena, seguramente por consejo de su hermano mayor, lo maldijo mentalmente.
Lamento decepcionarte, pero no puedo irme. Asi que nos veremos bastante por aqui. -Levanto un brazo y con un dedo señalo perezosamente hacia un lado de donde estaban.-
Sabes, me tope con tu amiga Alice...se veia tan encantadora, pero relájate! estaba alguien con ella y no pude dejarla seca.

Guardo el brazo y suspiro algo dramatico, nego con la cabeza algo divertido y con una mirada maldita.

Y...como anda todo por aca?

Le miré aún más furiosa, cuanto odio guardaba en mí para él, no podía creelo, que Stefan había sido tan bueno conmigo, ahora que, tan diferente era que me dolía en mi alma el solo tener que verlo como ahora.
Me crucé de brazos y sonreí irónica.

-Si se te ocurre tocar a Alice, hacerle daño de algún tipo, a ella o a alguien que sabes que es cercano a mí, podrás arrepentirte el resto de tu no vida Stefan, eso te lo aseguro, de veras.-dije mientras le señalaba con dedo acusador.

No podía soportar todo eso, ahora su carácter tan frío y distante el cual solo me hacía daño y más daño.
De verdad, una parte de mí quería arrojarse a mi parte débil, y poder llorar así para ver si me sentía mejor pero la verdad, es que no.

Di unos pasos alrededor de él, mirándole y evaluándole.

-Ahora ya no tienes la escusa de estar compulsionado bajo los efectos hipnóticos de Klaus Stefan, lo que hagas solamente será culpa tuya y nadie más que tuya, tienes algo más que añadir, o solo quieres disfrutar de ver mi sufrimiento...es para no sentir que pierdo mi timpo atindiendo a nimiedades.- dije mientras le miraba de reojo con aire repulsivo.

Stefan estaba divertido, demasiado...mirar a Elena furiosa era demasiado tentador, demasiado delicioso, tanto que su sonrisa encantadora se hizo mas abierta, se movio en su lugar, para seguir mirandola a los ojos, disfrutando cada destello de furia de ella, destello que le provocaba impulsos de tomarla para saciarse hasta el fin...despùes de todo el era un depredador, ella la victima...recordaba haber paladeado la sangre de Elena con placer y satisfaccion.

Cuanta agresividad! jajaja! que me haras? a ver... me clavaras una estaca en el corazon? Me cortaras la cabeza?vamos Elena...mejora tus amenazas.-Movio la mano en un gesto despreocupado-...pero para que veas que me importa -levanto un dedo- quizá la deje viva, no lo se... quizá si estoy de humor.
Estaba alardeando, no era que atacaria a Alice, sabia que la chica tambien como amiga de Elena estaba llena de verbena y asi era mejor, que se alejara de el, que lo odiara, era lo menos que debia hacer, Alice no debia acercarse a el, porque la necesitaba viva, necesitaba a alguien que estuviera con Elena, ademas de Bonnie, Caroline y...Damon. Nunca iria atacar a nadie cercano a ella, porque aunque lo negara, aun importaba...Era una lastima que lexi no estuviera alli. Cuando matara a Klaus, al fin la chica seria libre, tanto del Original como de el, para siempre.

No seas dramática , quieres?. Solo estaba haciendo una simple e inocente pregunta: Como esta todo por este miserable pueblo de Virginia? Mi hermano sigue buscándome? Tu sigues extrañándome?

Desearía tener una estaca y clavársela.

-Sabes lo que deseamos todos... que desaparezcas de una vez para que nunca más tengamos que verte, por tu culpa mi hermano se ha tenido que marchar a otro lugar, para no tener problemas con Klaus que por tu culpa desea vernos muertos. La verdad es que no sé como he sido capaz de aguantarte hasta tal punto de casi matarme.-dije furiosa, no sabía que hacer la verdad, una parte de mí decía que me marchase, pero por otra parte quería quedarme y echarle toda la culpa de todo lo que nos sucedía.

Pero mirarle era demasiado para mí, y cada vez que lo hacía se me rompía el corazón.

Elena había ignorado la mayoría de sus preguntas, quizás era mejor así, que algunas incógnitas permanecieran como tales. La huida de Jeremy había sido un plan muy exclusivo de Elena, gritaba a los cuatro vientos su nombre. Daba gracias por ello, no solo porque le facilitaría las cosas, sino porque habría al menos alguien que estaría a salvo por el momento. Se quedó contemplando a la chica que una vez fue su novia ¿Como habían llegado hasta ese punto? Por mucho que doliera Stefan sabía que era lo mejor, que ella estuviera lejos, lo odiase y se mantuviese ignorante. Solo de esa manera podía luchar para asegurar la protección de Elena, y vengarse...Sí, eso lo deseaba mucho, vengarse de Klaus. Continuó mirándola con su sonrisa sarcástica y ganadora como si nada le importara.

- Sabes que me necesitas aquí, de otra manera ya habrías encontrado la forma de expulsarme. Pero sé inteligente Elena. Soy lo único que frena a Klaus de desgarrar las gargantas de todos tus amigos, deberías de estar pagandome con tu sangre lo que estoy haciendo -aún sonreia sarcastico y hablaba en un tono altivo, estaba jugando con ella pero sí...era su sangre lo que más ansiaba en el momento. Se acercó un poco más, su fragancia lo embriagaba de una manera inimaginable. Todavía victorioso la tomó del mentón mirándola fijamente a los ojos- Así que te guste o no tendrás que aguantartelas Elena.- la soltó sonriendo con gracia. No deseaba hacerle eso, pero las emociones que Elena transmitía eran lo único que lo hacía sentir vivo.

Escuché seria a Stefan, él solo quería dañarme y hacerme sentir mal, por eso cuando me cogió del mentón, ya no me pude contener.
Alcé la mano y le di una sonora bofetada en la cara, si se creía que iba a asustarme o a mermar mis sentidos con sus tonterías, no sabía lo que yo había cambiado.

-Si te crees que te voy a dejar jugar estás muy equivocado, será como una venganza personal ya que veo que tanto te gustan.-dije mientras me alejaba un par de pasos de él, no por miedo sino para que pudiese verlo mejor.

Aunque por mucho que lo viera, la verdad es que no lo reconocía por mucho que yo lo intentase esa era una gran verdad.

-Y si molestas a alguien de mis amigos o a cualquier persona inocente... atente a unas graves consecuencias, pues ya va siendo hora de que alguien te demustre que no siempre te puedes salir ocn la tuya.

La cachetada que le habia dado, le habia dado vuelta la cara, pero Stefan aun sostenia una sonrisa sarcastica, satisfecha, presuntuosa.
Cuando ella camino esos pasos para atras, el camino a su par, acortando las distancias, no porque quisiera hacerle daño, si no porque deseaba al menos esos minutos estar con ella, como lo habia hecho hacia ya tanto tiempo. .-Elena, yo siempre me salgo con la mia, no hay nada que puedas hacer para detenerme, ni tu, ni mi hermano.-

Su rostro cambio y suspiro lentamente...se rasco en la nunca y se volvio a cruzar de brazos. Ya no habia una sonrisa en su rostro, si no uno que que demostraba algo de tristeza.
-Nadie de tus amigos, ni tu misma correra peligro, de eso me encargare personalmente, Klaus no lo tocara...-Su semblante volvio a cambiar radicalmente...a una sorisa altiva y seductora, casi divertida y caprichosa.- Por cierto...estas cambiada. Has estado ejercitandote?- una especie de carcajada salio de sus labios, una debil mueca de sardonica incredulidad.

Le repudiaba y no podía evitar mirarle que con asco, por muchas cosas que dijese todo me daba igual, para mí el Stefan que conocí ya estaba muerto, para mí y para todos.
Sonreí de lado y esta vez la que se acercó a él fui yo.

-No nos subestimes Stefan, no sabes de lo que puedo ser capaz, no lo sabes ni lo quieras poner a prueba, además no solo tú eres el único que ha cambiado, y también y mucho.-dije mientras seguía hablándole y mirando con el entrecejo fruncido.

Miré al suelo un momento, aunque quisiera mostrarme fuerte realmente era algo que me costaba muchísimo, pues era muy duro y difícil, los sentimientos que tenía enterrados amenazaban por querer salir.

Oh...la valerosa Elena Gilbert -Dijo Stefan con un gesto teatral y arrogante, como si estuviera leyendo un mensaje de marquesina de cine- No debemos subestimarla...-Stefan bajo sus manos a la altura de su pecho y como siempre cruzo sus brazos. Su rostro que tenia una gran sonrisa de satisfaccion se transformo levemente en uno de preocupacion leve. No le importaba que lo desafiara, ni que lo odiara, ni que de sus palabras salieran de su boca escupiendo veneno, lo que le importara era que conocia a Elena a la perfeccion y sabia de lo que ella era capaz, si que lo sabia... muy en su interior temia por ella. Oh Dios... Estaba aterrado que estuviera sola, que quedara desprotegida a manos del bastardo de Klaus.
Su seño se entrecerro, sus cejas se juntaron en una sola y de un solo movimiento arrastro a Elena del brazo apretándolo sin hacerle daño, solo unos centimentros para quedar en un pasillo totalmente solitario. -Elena...y escuchame bien lo que te digo, no intentes hacerte la valiente y no intentes enfrentar cosas que desconoces por completo. Haznos un favor a todos y trata de mantenerte al margen. Tu eliges si me quieres creer o no. Odiame todo lo que quieras...no me importa.- Mil veces preferia que lo odiara, que le pegara, que lo insultara, pero no iba a permitir que muriera. La solto lentamente, desprendiendo su mano de su brazo, para dejarla libre, se dio media vuelta para irse y en su rostro volvio la sonrisa del que era ahora, esa sonrisa sadica, arrogante...la sonrisa elegante y lobuna del destripador.

Escuché sus burlas, ignorándolas prácticamente, pues poco me importara lo que Stefan creyera, eso era cierto, ya apenas había en él algo que me importase, pues la llama del amor se apagó ya hacía tiempo.

Cuando me estaba dando la vuelta para irme a clase, noté como su mano se aferraba a mi brazo y me acercaba a él... por un instante mi corazón dio un vuelco y volvió a latir como cuando sentía algo por el Stefan bondadoso...

Y en ese momento como si lo hubiera invocado, pareció regresar de entre los muertos para demostrarme que en el fondo, toda esa ira y burla podría ser una fachada y que se preocupaba todavía de mí.

-Stefan, parece que no te ha quedado claro todo lo que te he dicho, yo haré lo que me plazca.-dije. Me soltó y esperé ver su reacción ante mi comentario, por lo que paró su caminar.

Paro en seco, bajando la cabeza. sabia que ella cuando tenia algo en la cabeza no habia fuerza que la convenciera de los contrario, aun asi, no iba a demostrarle cuanto importaba aun, no...Su sonrisa no cambio ni un apice, no mostro ninguna clase de emociones en su rostro, solo aquellla fria y arrogante mirada. -Entonces no quiero quejas cuando alguien salga lastimado. No es algo que deberias discutir, ni siquiera estas en pocision de hacerlo, Elena.-

No se dio vuelta, no queria demostrar cuanto lo excitaba esa Elena que estaba frente a el, lo volvia loco, lo volvia mas hambriento, mas famelico de ella. Pero nunca moveria un dedo para atacarla, jamas...aunque muriera de hambre, aunque solo existiera ella en el mundo. Nunca iba a ponerle un dedo encima, no...Ella no seria una victima mas de su sus ansias, esas ansias que lo hacian dudar hasta de su propia cordura. -me sorprende que tengas tantas agallas, me pregunto que haras si Klaus o su hibrida te atacan. No contemos por esta vez a Damon...Pero no importa, haz lo que quieras, no me importa...ya...no me importa.-Suspiro imperceptiblemente sin mirarla, trago saliva y puso las manos en sus bolsillos.

Sonreí delado ante las palabras de Stefan, decía primero que yo no debía de arriesgarme y al segundo decía que le daba lo mismo lo que hiciese, se notaba que ahora estaba caracterizado por una latente bipolaridad.

Le miré sintiendo lástima de él, de lo que había sido y ahora se había convertido.
-Pues ya está entendido, me alegro, ahora me voy tengo cosas mucho más importantes en las que malgastar mi tiempo que con tus sandeces.-dije mientras me daba la vuelta dispuesta a marcharme y abandonar aquella conversación que habíamos mantenido.