Pasando la noche [aldrick]

por Invitado Mar Oct 25, 2011 3:15 pm

Todo era el volver a empezar. Era aparentemente fácil, una ciudad nueva, gente a la que no conoces en absoluto, pasar desapercibida esperando que se fueran pasando los días en los que ya no recordara ese día... que ingenua, ese día jamás se iría de mi memoria...
Me pasé por el famoso bar del pueblo, entré sin vacilar y me senté en un sitio vacío en la barra, apoyé los dos brazos y esperé a que el camarero se fijara en mi para servirme.

-Vozca con limón-dije simplemente sin prácticamente fijarme en el rostro del barman. Una vez que me sirvió la bebida me di media vuelta y mientras que sujetaba el vaso me dispuse a examinar todas las caras nuevas que me iría encontrando día a día por aquellos lados.

Moví los hielos con la punta de mi dedo índice mientras escuché unos pasos cerca mio, miré los pies y fui subiendo la mirada poco a poco hasta que vi a un muchacho que al principio me pareció normal, su rostro armonioso no se percató casi de mi presencia. Sorbí un poco de mi bebida y sacudí la cabeza.

por **Aldrick Baudelaire** Mar Oct 25, 2011 4:50 pm

Luego de la estancia del vampiro por su ciudad natal, Francia, el muchacho estaba de vuelta, cosa que le ponía contento, aun que antes no estuvo mucho tiempo en el pequeño pueblo, comenzó a familiarizarse con éste, además, era un lugar, aparentemente, tranquilo.

El silencio sucumbía en la habitación, donde los grandes ventanales yacían cerrados y tapados con cortinas oscuras, evitando el paso de algún rayo de sol. Pese a que podía protegerse contra el mismo, a Aldrick no le agradaba mucho, y esa era una cuestión que le acompañaba desde pequeño. En realidad no era una cosa que tuviera que ver con aquello de su nueva naturaleza. Y así permaneció el lugar y Aldrick allí, durante toda la mañana y gran parte de la tarde hasta que, finalmente, decidió salir, sin duda no iba a desaprovechar aquella tarde, y lógicamente, parte de la noche, que era cuando más disfrutaba salir.

Primero decidió ir a dar una vuelta por el centro de la ciudad, era un buen comienzo, quizá podía toparse con algún conocido o tal vez conocer gente nueva, esas ideas estuvieron en su mente a lo largo del trayecto de su casa al centro. Finalmente se encontraba allí, donde todo poco a poco comenzaba a tomar familiaridad, y no por el hecho de haber pasado varios meses fuera de Falls, sólo no le dió tiempo de conocer todo detalladamente. Una vez estando allí, rodeado de un puñado de gente, se le vino a la mente un pequeño Restaurant, donde le habían comentado que era deliciosa la comida, capaz de complacer hasta los paladares más exigentes. Sin pensarlo dos veces el vampiro ya se encontraba dentro del lugar, dispuesto a disfrutar de un maravilloso festín. Y sin lugar a dudas esa persona que le había recomendado dicho lugar no se equivocó, toda la gente que salía y entraba parecía estar totalmente complacida.

Luego de un par de horas, el muchacho se dirigió hasta otro lugar, esta vez sus deseos de alimentarse eran verdaderos, por lo que decidió ir a su casa para llevar a cabo tal acción. Pasó como máximo tres horas más hasta que finalmente optó por salir, nuevamente. Esta vez el lugar no tenía destino alguno, pues era cuestión de dejarse llevar.

Caminó y caminó sin rumbo fijo, mientras unas cuentas ideas un tanto bizarras le daban vueltas en la cabeza. Tras una larga jornada de caminata, el muchacho se percató de que enfrente de él se encontraba el Mystic Grill, ¿por qué no ir por un trago? Caminó sin paso apresurado, se detuvo un momento antes de estrar al establecimiento, miró su reloj el cual días antes había comprado a un chiquillo abrumado, en su viaje por Europa. Eran las diez y media, hora perfecta para incorporarse en ese sitio.

Finalmente se adentro en el lugar, siempre contaba con un gran ambiente, era una de las cosas buenas que aportaba Mystic Grill. Examinó el lugar de arriba a abajo para percatarse de algun rostro conocido, pero en ese punto de la noche no corrió con esa suerte. Tras no toparse con algún conocido, determinó que sería mejor ir por un trago a la barra, total, no necesitaba de nadie para sentirse agusto, él era así. Se dirigió a su destino, mientras tanto una mujer le echaba ojos al joven vampiro, él no le prestó atención alguna, así que se dedicó a pedir su trago favorito, whiskey.

—Buena noche.— Acabó por tomar asiento al lado de aquella mujer, abriendo paso a lo que quizá podría llegar a ser la primera charla del día.

por Invitado Jue Oct 27, 2011 3:05 pm

No sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero seguí detenidamente la mirada a aquel muchacho que casualmente se sentó en la banqueta que había vacía a mi lado. Entonces es cuando me miró, aparté mi cabello de la cara detrás de la oreja y me giré la cabeza cuando me habló.

-Buenas noches-contesté yo con el mismo tono. Observaba como se movía el muchacho, ágilmente, elegantemente, me recordó a mi padre, siempre tan seguro de sí mismo..., me quedé apoyada en la barra y solté mi bebida, la coloqué a mi lado y metí de nuevo el dedo índice para mover los hielos que hicieron sonar timidamente el vaso un un sonido bastante agudo.-Es un buen bar, no está nada mal, es la primera vez que entro. Me llamo Audrey.

Me había presentado, nunca lo hacía, no era lo que se decía una chica extremadamente social pero si era educada, y por qué no? Así podría conocer a gente nueva y poder estar mas tranquila al conocer gente, no me sentíría tan sola. El bar se había llenado de gente en un momento, gente que jugaba al billar, a mi me encantaba, gente que se sentaba o se reecontraba con sus amigos. Algunas risas llegaron a mis oídos, los vi de reojo, pero me centré de nuevo en el muchacho esperando que el me correspondiera en la conversación.

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