De papeleo [Libre]

Los primeros rayos del sol en la mañana empezaron a invadir la oscuridad de la habitación del pequeño hostal en el que se hospedaba temporalmente Tiamat. La habitación era bastante pequeña, con el espacio necesario y justo para una cama, un mueble con un televisor de antena encima, y en el extremo opuesto de la entrada, una puerta que daba al diminuto cuarto de baño, con una ducha, una pica y el retrete.

Molestada por la invasiva luz del sol, pues las ventanas no disponían de cortinas, la joven refunfuñó mientras escondía el rostro en la almohada. A los pocos segundos, se escuchó un profundo suspiro y levantó las caderas, encogiendo las rodillas, y se estiró al más puro estilo canino, apartando al fin el somnoliento rostro de la cama.

Tambaleándose se dirigió al baño, no sin antes topar varias veces con la cama y el mueble del televisor. Aún con los ojos prácticamente cerrados se metió en la ducha y empezó a despejarse. Cuando terminó, se lavó los dientes y secó el pelo con un secador y finalmente se vistió. Camisa negra de cuello alto, junto con vaqueros azul marino con varios desgarrones hechos por ella misma en la zona de los muslos y las rodillas y finalmente unas botas altas sin tacón negras.

Salió de su habitación colocándose unos guantes negros junto a una chaqueta de motorista, con un casco de color negro con estampados rojos colgando del brazo. Saludó educadamente al recepcionista al pasar por delante de él y se paró junto a su moto, su pequeño tesoro por el cual sentía casi un amor platónico... una preciosa Yamaha R6 que no cambiaría por nada del mundo. Pese a que todavía era bastante joven como para tener una moto tan grande, nunca ningún policía la paraba, pues su cara le aparentaba algunos años de más.

-Vamos pequeña, a pasear- Montó con un ágil salto y arrancó en dirección a su destino: el instituto de Mystic Falls. Pese a que ya había iniciado un bachillerato técnico en una ciudad vecina, tuvo un pequeño percance por el que se vio obligada a abandonar el centro... y la ciudad, solicitando un traspaso de ficha académica a ese nuevo centro, donde esperaba poder terminar más tranquilamente sus estudios, para luego dedicarse a lo que más le gustaba después de su moto: la mecánica.

Tras unos minutos de vueltas por la ciudad, llegó al instituto, y dejó la moto aparcada en una zona de estacionamiento propia de la institución. Se quitó el casco y tras arreglarse levemente el pelo, algo desordenado, se encaminó hacia la entrada del edificio. Las paredes exteriores parecían de construcción antigua, aunque por lo que había leído las aulas eran bastante grandes y las instalaciones estaban puestas al día debidamente.

Para su desgracia, su llegado coincidió con un toque de timbre y se vio mezclada por centenares de alumnos arriba y abajo, unos corriendo y otros caminando y acabó desorientada. Antes que ponerse a dar vueltas sin sentido, intentó perseguir a los pocos alumnos que aún no habían entrado en ninguna clase, esperando que alguien supiese guiarla hasta la zona de administración para poder pedir los papeles necesarios para hacer su ingreso oficial.

-¿Disculpa? Ah... perdón, ¿Podría alguien con tiempo llevarme a la administración del instituto?- Iba preguntando uno por uno.