Choque de Poder

Se había despertado muy temprano, aún con la casa vacía y llendo a sus anchas encontró su camino hasta el baño para tomar una ducha y luego cambiarse. Con el pasar del tiempo la preocupación del cazador respecto del bienestar de su amiga iba en aumento exponencialmente, pero ella le había pedido que confié, y no haría falta a su palabra. Se vistió con uno de sus mejores atuendos, pese a que para la mayoría su destino no ameritaria tal acción. Se cargó su mochila al hombro con no más que un anotador dentro, la cuestión no era llevar algo, sino traerlo. Se aseguró de cerrar correctamente la casa para volver a trazar el camino desde las afueras del pueblo hasta el centro de Mystic Falls completamente a pie, después de todo no era una distancia muy exagerada.
Fue a paso calmo, observador y atento a todo lo que lo rodeaba como siempre solía hacerlo. Por fortuna esta vez nada parecía haber cambiado en su trayecto, las cosas estaban tranquilas y normales -como debía ser-
Tenia ya en vista su objetivo, la biblioteca más grande del pueblo. Si iba a buscar algo acerca del pasado e historia de Mystic Falls ese era el lugar correcto. Entró con una sonrisa a la instalación dedicada a todas las personas allí presentes, supiesen o no de su existencia. Fue directo a la sección que buscaba y empezó a sacar libros como si no hubiera mañana, para luego colocarlos sobre una mesa de la biblioteca. Había bastante material para investigar y sin un equipo -compañeros- que lo ayudasen le tomaría más tiempo del que hubiese querido.
-Listo o no, allá voy- Abrió el primero de los numerosos tomos, con su anotador y bolígrafo en mano. Sus ojos pasaban las lineas a una velocidad asombrosa buscando indicios de la naturaleza extraña del pueblo

Me desperté temprano cuando todavía no había salido todavía el sol, salí de la cama y me enfundé el chándal para salir a correr un rato para mantener la forma. Salí y noté la fría mañana que se presentaba, era normal pues el sol aún no asomaba.
Tras estar haciendo ejercicio una hora, decidí que ya era hora de volver a casa y desayunar.
Entré cansada a la cocina y orgullosa de haber superado mi propio récord, y me serví una taza de café bien cargadito, y me comí una rosquilla.

Luego puse el café sobrante en un termo, pues iba a pasarme el día en la biblioteca, informándome sobre los híbridos y los vampiros originales. Pero antes me daría una buena ducha de agua caliente, pues no iba a ir con estas pintas a la biblioteca.
Tras ducharme me fui caminando a la biblioteca.

Me encantaba esta biblioteca y siempre me había gustado. Caminé entre sus múltiples estanterías cogiendo los libros que me interesaban, hasta que choqué con una mano que iba a coger el mismo libro que yo.
Era un chico cuya cara me era familiar, lo miré con una ceja enarcada.

-Perdona... tu cara me es familiar, ¿te conozco?-pregunté en voz baja.

Estaba ensimismado, leyendo y escribiendo casi como un desquiciado sin descanso ni pausa alguna. Los libros pasaban y pasaban ante sus ojos inundandolo de aquel particular pasado, casi hasta trasladándolo hasta aquella época para vivir en carne propia lo que ya estaba escrito. Ignoraba como un pueblo como Mystic Falls poseía tan increíbles historiadores, pero es que sencillamente el lugar parecía dar infinidades de material del cual escribir.
Se paró por un momento solamente para buscar más de los libros que había dejado atrás. Aun perdido en sus pensamientos y con los ojos llenos de ilusión estaba por tomar uno de los tomos más viejos que quedaban en la sección. El tacto a otra persona y la voz femenina de la misma lo hizo volver a la tierra de un golpe. Observo a la chica aun desconcertado, jamás se olvidaba de un rostro y podía jurar haberla visto antes...¡Claro, la fiesta en la mansión Lockwood! Volvió a su ritmo habitual y le sonrió-
Creo que si...¿Te suena una "reunión" en la casa Lockwood? -pregunto en voz baja aun sabiendo la respuesta- Soy Aleksand, nos conocimos allí aunque nunca escuché tu nombre -gesticulaba intentando recordar con su mano apuntando hacia ella- ¿Interesada en la Historia? -volvió a preguntar, esta vez con libro en mano el cual gentilmente cedió a la señorita- Estaba dejando lo mejor para el final, pero supongo que puedes tenerlo -una sonrisa nuevamente, pero había tenido el cuidado todo el momento de no levantar la voz. Lo último que quería era que lo expulsaran de la biblioteca por hacer ruido.

Me sorprendí que me dejase el libro a mí primera, pero le sonreí de lado a modo de agradecimiento. Escuché como dijo que sí, que mi rostro también era familiar para él, solo que él parecía tener una mejor memoria, fiesta en casa de los Lockwood... ¡Ah! ya me acuerdo, fui para ayudar a Elena contra los vampiros e híbridos aunque no nos fue muy bien.
-Ah sí, ya te recuerdo, tú también eres cazador, ¿verdad?-dije mientras ambos nos fuimos a sentar en la mesa en la que él parecía estar trabajando con mucho ímpetu.

Volví a mirarle mientras me sentaba en frente de él, sería interesante conocerlo un poco, Elena no me había dicho nada, así que o no le conocía o no le ha dicho que era cazador. Una de esas dos.
-Bueno, sí, la historia es muy interesante, y lo es más todavía si puedo averiguar algo más de esos híbridos y vampiros originales, por lo que sé, lo único que he averiguado es que para matar a un híbrido normal hay que arrancarle el corazón o cortarle la cabeza.-dije con algo de asco.

Miré a los ojos al cazador, y me perdí en la profundidad de aquellos ojos azules, sin saber por qué, noté como mi corazón comenzaba a latir rápidamente.

No tuvo más remedio que tomarla del brazo y acercarla mucho a él ante sus palabras, tampoco pudo evitar mirar a su alrededor con pura inseguridad- Wow, wow... eso no es algo que se diga a los cuatro vientos. Ya sabes...el mejor ataque es la sorpresa- hablaba como si realmente existiera un codigo del cazador, aunque la misma chica habia sido testigo del poder de lo inesperado hacía nada más que segundos. La dejó libre para retomar su lugar en la mesa y apartar unos libros para darle lugar. No tardó en recordar que aún no sabía su nombre.

-Estoy seguro que no podría olvidarme de alguien con tus características, pero sería mucho mas fácil hablar si tuviera alguna forma con la cual llamarte -sonrió levemente como si no importara realmente. No sabía del todo si la chica queria ocultar su identidad o simplemente era así de despistada con lo que respectaba a su persona. Por lo que a su "trabajo" se refería había comprobado que muy pocas personas podrían ser capaces de igualarla, quizás solo Aleksand y su grupo cerrado de compañeros.

La chica volvía a hablar de vampiros originales e híbridos como si fuera cosa de todos los días...bueno quizás lo era ¿Pero qué pasaba con la gente de Mystic Falls, acaso no conocen la palabra "sutileza"?- Bueno, esa es una regla casi general. Si no sabes como quitartelo de encima , corta cabeza y aplasta corazón, rara vez falla- La chica tenía sus ojos clavados en él, concentrada en sus palabras supuso, por lo que el joven rubio sonrió como agradecimiento- Aparentemente aquí han existido muchos artefactos creados para la lucha contra seres oscuros -dijo bajando la voz- Me pregunto si podremos hacernos de uno...-comentó mientras cerraba otro de los libros-

Todavía estaba en mi mente la sensación de cuando Alek, el nombre me acordé por la fiesta como lo llamó Elena, me había acercado hacia él para que solo ambos nos escuchásemos. En ese momento mi corazón latía demasiado rápido. Lo seguía mirando, y contemplando su hermoso rostros, sus facciones, pero aún así escuchaba cada palabra que él pronunciaba.
-Mi nombre es Meredith, Meredith Sulez.-dije bajando nuevamente mi cabeza al libro del cual leí dos párrafos antes de continuar hablando.

-He descubierto una cosa... estaba en un código secreto y llevo casi un año de investigación, pero todo apunta hacia la cueva que existe cerca de la cascada situada en lo más profundo del bosque. Allí reside una espada, que era usada antiguamente por los cazadores que perseguían a los vampiros tras la fundación de Mystic Falls.-dije a Alek mirando sus azules ojos y perdiéndome unos segundos en ellos.

-Los poderes de esa espada me son desconocidos, pero al igual si la encontrásemos los descubriésemos, yo ya encontré otra arma de aquella época, me gusta llamarle Artemisa, es una estaca de madera que es semejante a una lanza de plata que por la otra parte tiene una cuchilla similar a las katanas pero ésta es de plata, comtra hombres lobo y vampiros.-dije con una sonrisa. -Además es muy práctica, ahora mismo la tengo en mi mochila. Es "plegable".-dije conteniendo una risa por ponerle ese adjetivo al mecanismo que hacia que se doblegase hasta no ser más grande que una estaca normal.

Meredith, grabaría ese nombre en la cabeza para no olvidarlo jamás. Instantáneamente la chica había comenzado a leer y buscar entre los libros sin siquiera necesitar un informe previo. El chico ya había dado cuenta de sus habilidades como cazadora, pero con cada segundo que pasaba con su presunción parecía haberla subestimado. Llegó a dudar de si mismo creyendo que estaba siendo engañado para conseguir información. Le bastó con volver a mirarla para darse cuenta que no era cierto, o de eso estaba convencido.

El rubio estaba a punto de decir alguna trivialidad pero tuvo que callarse ante las palabras de la chica. No...le habían dejado sin habla por completo, nunca antes le pasó algo así. No tenía la boca abierta pero sus ojos buscaban, ansiaban más de cada palabra que decía, y si eran ciertas simplemente no podía dejarla ir- Tienes que decirme donde has encontrado la locación, como has descifrado el código, que otra historia ronda sobre eso...todo -tomó su mano y la apretó levemente como simbolo de suplica. Su corazón latía a toda prisa, adrenalina fluyendo a todo su ser ante tal noticia.

No solo era un artefacto antiguo ¿Incluso tenia poderes para cazar seres sobrenaturales? Tenía que encontrarla y posiblemente ya no pararía hasta hacerlo. Nuevamente no sabía que decir ¡No era la primera que encontraba! ¿Quién era esta chica, cual era su pasado? Ahora tenía la total y plena atención del alemán y posiblemente tendría que soportarlo mucho de ahora en más- ¿Ar-te-misa...? -Dijo casi en un suspiro, mirándola a los ojos como si hubiese sido atrapado por un conjuro. El Cazador ya no tenía defensas ante ella, no sabía como pero había dado en todo lo que su alma añoraba. Miró los libros y con rápidos movimientos comenzó a apilarlos para devolverlos a su lugar- No hay nada aquí que nos pueda ayudar con eso. Tengo que verlo con mis propios ojos -miró hacia todos lados- Pero no aquí, Meredith -Una lanza hecha de plata, especial para vampiros y hombres lobos, era imperativo que la probara, o con solo ver el mecanismo de ese artefacto se conformaría- Hay algo en particular que busques, o podemos ir a otro lado a discutir el tema más en privado? -Sonreía ampliamente y no ocultaba su interés ni un poco, ese era el autentico Aleksand. Posiblemente nadie comprenderia como habían podido desarmarlo con tan simples palabras.

No pude evitar sonrojarme cuando la mano del cazador rozó la suya, parecía que de repente, estaba tan asombrado y lleno de energía, por tan solo saber de la existencia de aquel arma. No había sido difícil saberlo pues en su familia había antecedentes de cazadores, aunque, realmente ella era la primera en serlo, y recordó los motivos por los cuales lo era, por lo que su mirada se ensombreció. Las palabras del chico lograron sacarla de esos oscuros recuerdos.

-La información la encontré en un libro que era de mi abuela, un libro del que nadie sospecharía que allí pudiera haber un mensaje para alguien como nosotros, el libro es Romeo y Julieta. Y el código bueno, era bastante complejo, pero después de un mes logré descifrarlo, lo tengo en mi casa, si quieres podemos ir allí, te lo muestro, y te enseño también a Artemisa.-dije emocionada, pues hoy podríamos partir en la búsqueda de esa espada.

-Y podemos coger unas cosas y partir en la búsqueda de esa espada legendaria, sus poderes son desconocidos para la humanidad, pero yo conozco alguno de ellos.-dije con una amplia sonrisa.