Una noche ¿aburrida? {Katherine}

Me había pasado toda la tarde haciendo limpieza de la casa y tras darme uno de esos baños que tanto adoraba me había quedado algo amodorrado. Por ello había pensado pedirme unas pizzas y tirarme en el sofá hasta dormirme del aburrimiento pero no me apetecía malgastar una noche de esa manera, por lo que tras ponerme unos vaqueros ajustados junto a una blusa roja de tirantes, me arreglé el peló y me pinté los labios de un tono rojo algo intenso. Enfundé mis pies en unas botas negras altas y tras ponerme un abrigo del color de la blusa y unos guantes a juego, cogí mi bolso y salí de casa cerrando la puerta tras de mí.

Cogí la moto y tras arrancar me puse rumbo al Mystic Grill. En unos minutos ya me encontraba aparcando a mi preciosa ducati negra. Tras guardar el casco y poner el seguro, caminé hacia la entrada del local. Abrí la puerta del bar, y me encontré con un sin fin de luces y decorativos que junto a un árbol de navidad, daban al local ese toque navideño. Me fije en las mesas que compartían algunas parejas, amigos y familias que comían y charlaban entre risas.

Tras soltar un suspiro, me dirigí a la barra, me senté en uno de los taburetes y tras pedir una cerveza dejé que mis ojos volaran por todo el Grill, en busca de compañía.

Lo bueno de que Elena fuera una aburrida y no saliese por la noche era que le daba vía libre para hacerlo a ella; además, los conocidos de su doble no frecuentaban el Grill a aquellas horas, por lo que podía evitarse el "disfrazarse" de su queridísima descendiente y vestir sus propias ropas, lo que la resultaba un alivio, prefería mil veces su ropa a lo que vestía la sosa de Elena, no entendía como los Salvatore habían podido fijarse en ella. Se había puesto unos pantalones negros ajustados junto con una camiseta lila y su cazadora negra, sin olvidarse de las botas de tacón que tanto le gustaban; además, llevaba el cabello rizo, como siempre le había gustado.

Cuando llegó al Grill no puedo evitar una mueca ante la decoración navideña del lugar, cuando era humana solía adorar la navidad, incluso después de que su padre la desterrara, pero ahora no había evento que aborreciera más. Miró a su alrededor, todo eran familias felices celebrando las fiestas, ¿todo? No, había una chica sentada ella sola en la barra, por lo que Katherine torció una media sonrisa y se aproximo a ella. Se sentó en el taburete de al lado y pidió un whisky doble. Le vendría bien tener a alguien que pudiera moverse por Mystic Falls con total libertad; además, Damon se enteraría pronto de que ella andaba por allí, así que no le quitaría el ojo de encima. Cuando el camarero le trajo su copa, Katherine se giró hacía la chica de su derecha. -¿Tú también pasas las navidades sola? - le preguntó a modo de iniciar una conversación.

Di un trago de la botella que daba vueltas en mis manos mientras observaba con disimulo a las familias que cenaban. Los más peuqeños no dejaban de corretear alrededor de las mesas mientras los adultos intentaban poner algo de orden aunque acababan riendo por las ocurrencias de los niños. Una mueca a modo de sonrisa apareció en mi rostro antes de volver a girar la cabeza para conecentrar mi mirada en el hombre que salía de la cocina. No pensaba que mi jefe fuese a estar en el Grill a aquellas horas, teniendo en cuenta las fechas que eran.Le saludé con una mano antes de que este saliera a la calle.

Quizá hubiese sido mejor quedarme en casa, en lugar de tener que estar viendo lo felices que eran todos. No me había imaginado que aquellas estampas familiares fuesen a molestarme tanto. Di otro trago de la cerveza antes de que una voz femenina llamara mi atención. Giré mi rostro y me encontré con una chica de cabellos rizados y oscuros. Aparentaba mi edad y , a dferencia de los demás presentes,no estaba acompañada.

Me encogí de hombros ante su pregunta- Sí, estas navidades las paso sola y ¿sabes qué?Es un asco -respondí ladeando la cabeza sin dejar de mirarla - Brindemos por los que no tienen con quien pasar estos días -propuse alzando mi botella.

Era tan fácil que te hiciesen caso en estas fechas, la pobre chica no tenía ni idea de donde se estaba metiendo, pero ya no tenía escapatoria, todo por estar en el lugar y el momento inadecuado le iba a tocar ser la marioneta personal de Katherine. Al escuchar lo que decía, Katherine asintió con la cabeza - No sabes cuanta razón tienes - dijo sonando amistosa, Katherine tenía tantísima práctica engañando a las personas que podía parecer perfectamente la chica más amigable y empática del mundo, aunque luego no fuera más que una manipuladora, pero claro, solo los que la conocían sabían eso y, por desgracia para ella, esa pobre muchacha rubia no tenía ni idea de quien era Katherine Pierce.

-¡Salud! - dijo chocando levemente su vaso con la botella de ella, para después darle un trago a su whisky. -¿Y como es que pasas sola las navidades? - preguntó para curiosear un poco, no era que realmente la importase, pero siempre estaba bien asegurarse de no dejar ningún cabo suelto, solo por si acaso, quien sabe si alguien la estaba esperando en algún lado, tendría que cubrirlo, hacer que ella siguiera en contacto con esas personas; lo que menos necesitaba Katherine en estos momentos era llamar la atención de demasiadas personas, con la de unos pocos ciudadanos de aquel pueblo le bastaba.

Cuando su copa y mi botella chocaron volví a dar un último trago antes de que la botella quedara vacía. Escuché su pregunta y me quedé en silencio durante unos segundos, silencio que intenté disimular desabrichándome el abrigo para deshacerme de él. No estaba muy segura de queéresponderle, al fin y al cabo no la conocía de nada. Era una completa extraña. Pero parecía agradable y también se encontraba sola al igual que yo. Además, Mystic Falls era un pueblo muy pequeño donde resultaba prácticamente imposible ocultar cualquier cosa, por muy pequeña que fuese. ¿Para que inventarme algo si luego iba a saber la verdad por boca de otros?Además no era algo que me avergonzara o que tuviera la obligación de ocultar.

- Mi familia murió hace un año y seis meses. La casa ardió en llamas mientras todos dormían. Yo había salido y por eso estoy aquí contándolo -dije sin detenerme y sin entrar en detalles. Pero aunque mantuve el semblante serio e intenté no reflejar nada de lo que podía sentir en aquellos momentos, un fuerte dolor se instaló en mi pecho. Un dolor que siempre aparecía cada vez que tocaba ese tema.

- ¿Y tú?¿Cuál es el motivo para que no tengas con quién pasar las navidades? -pregunté esta vez yo. No era muy común que alguien tan joven se encontrara sola en navidades.

Al ver que la botella de la rubia se acababa, Katherine dio un último trago a su whisky y le hizo una seña al camarero para que trajera otra ronda, total, la noche era joven y a Katherine le iba la fiesta más de lo que nadie se podía imaginar. Notó como se quedaba un rato en silencio por su pregunta, por lo que supuso que aquella era una pregunta algo incómoda para ella. Aún así, Katherine no dijo nada ni trató de convencerla de que no pasaba nada y que no tenía por que contárselo, como hubiera hecho cualquiera en su situación; al contrario, se le quedó mirando, pensativa, tratando de imaginar que le habría pasado a aquella muchacha para estar sola en las vacaciones de navidad, pero no tuvo que pensar mucho ya que ella no tardó demasiado en aclararle el asunto. Lo que dijo sorprendió algo a Katherine, al fin y al cabo iba a tener algo en común. - Vaya, lo siento. - dijo como cualquier humano habría hecho en una situación así.

Cuando preguntó por su motivo para pasar sola las navidades, Katherine pensó en la mejor forma de evadir el asunto. - Vine aquí por trabajo y entre mis padres y yo no conseguimos juntar el suficiente dinero para que pudiera viajar a casa por Navidad - le contestó con un deje de pena en la voz, completamente fingido, por supuesto. Por que sus padres llevaban algo así como unos 500 años muertos. No pudo evitar recordar la última vez que les vio con vida, el día en que su padre la echó de casa por haber concebido un hijo sin padre. No tardó en apartar aquel recuero y en maldecir aquella humanidad que aparecía de vez en cuando a hacerla una visita. El camarero volvió con las bebidas, una copa de whisky para la morena y una cerveza en botella para la rubia.

Después de escuchar ese " lo siento" salir de sus labios, sonreí a modo de agradecimiento como tantas veces me había visto obligada a hacer. Sabía que la gente no tenía ni idea de lo que se sentía al despertar cada mañana y ver que lo ocurrido no había sido una pesadilla. Esa gente que que te compadecía no sabía lo que suponía el perder a tanta gente de un solo golpe. Pero no podía culparles de ello. Al menos trataban de ser amables.

Me encogí de hombros cuando el camarero trajo la segunda ronda que la morena había pedido. A la siguiente invitaría yo, y así estaríamos en paz. Escuché la razón por la que ella se encontraba sola en Navidad. La pena que podía escucharse en su voz hizo que la mirara con más atención. Su cara me sonaba bastante, quizá de haberla visto por el Grill más veces, pero estaba segura de que era la primera vez que hablaba con ella.

Iba a decir que sentía lo que le había sucedido pero yo estaba harta de que me dijeran aquello por lo que opté por quedarme en silencio- ¿Y no podemos hacer nada mejor que sentarnos aquí y eborracharnos como un par de camioneros? -le pregunté con una sonrisa torcida

Katherine sabía como la estaba mirando incluso cuando ella tenía su mirada fija en el vaso del que bebía, sabía que cuando había musitado aquel lo siento ella creía que no lo sentía de verdad, que nadie entendía su dolor por que, ¿quien pierde a toda su familia de un día para otro? Prácticamente nadie, siempre te queda alguien. Lo que la rubia no sabía era que se equivocaba. Katherine había perdido a su familia del mismo modo y, además, por su culpa, y no, no se echaba la culpa por ser la única que seguía "viva"; si no que realmente había sido su culpa, por revelarse contra Klaus y convertirse en inmortal, impidiendo que así él rompiese la maldición.

Cuando Katherine le contó su razón para pasar sola las navidades, pura mentira, por cierto, está no dijo nada. En cambió, prefirió mostrar un humor agridulce; Katherine sonrió del mismo modo que aquella chica cuyo nombre no sabía todavía, ni tenía prisa por averiguar. - Esa es una buena opción - dijo alzando su copa para brindar con la rubia y después de hacerlo le dio un trago- o, podemos salir a divertirnos. Nos emborrachamos igual, pero por lo menos pasamos un buen rato. ¿Que me dices? - a parte de querer acercarse a aquella humana para "moverse" con más facilidad por Mystic Falls, no le vendría mal distraerse un poco.

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